Sábado, 18 de Enero 2025

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

Sociedad digital y disciplina escolar

Por: Alonso Solís

Sociedad digital y disciplina escolar

Sociedad digital y disciplina escolar

El comienzo de un nuevo semestre académico representa la posibilidad de fortalecer nuestra voluntad, ampliar nuestra inteligencia y aguzar nuestra sensibilidad. Pero para ello hay que asumir algo que no enfatizamos lo suficiente en las universidades: la centralidad de la disciplina escolar (“disciplina”: palabra atemorizante que, a decir de los estoicos, libera). No hablo de castigos espartanos sino de aquellas prácticas que, por elementales, creemos accesorias: llegar puntuales al aula, preparar nuestra clase con rigor, leer —o, mejor aún, releer— el material asignado, escuchar atentamente la conferencia o lección, tomar apuntes —de preferencia, a mano—, hacer preguntas, discutir, argumentar, participar.

Son prácticas elementales en el mismo sentido aparentemente trivial que tiene para el jugador de futbol saberse atar las agujetas. Una clase mal preparada genera poco entusiasmo. Lo elemental es lo principal: “Al que cuida bien lo que vale poco, también se le puede confiar lo que vale mucho.” (O por citar otra versión del Evangelio: seamos “fieles en las cosas pequeñas”. O en un registro más poético y secular: consagrémonos a “la majestad de lo mínimo”, de López Velarde, y a las Enormes minucias, que cautivaron a Chesterton). Asumamos nuestro papel de universitarios con seriedad: ser no sólo estudiantes sino estudiosos, no impartir una materia sino educar.

La era digital trajo consigo, de manera indefectible, la sociedad de la distracción: el muro interminable de Facebook, las notificaciones constantes de WhatsApp, las fotografías frívolas de Instagram (escogidas por un algoritmo que conoce nuestra intimidad), los efímeros —y, no hay otra palabra, estúpidos— videos breves de TikTok (la empresa china cuyo fin real es, según los apocalípticos, erosionar la masculinidad del varón occidental). Estas aplicaciones están diseñadas, no para renovar nuestro sentido de comunidad y abatir muros y fronteras, como dice querer Mark Zuckerberg, sino para volvernos sus adictos y generarles ganancias. 

Cada semestre crece la dificultad de captar la atención de los estudiantes. Competimos en el aula con el teléfono inteligente —soberano fetiche de la época—, el discreto audífono inalámbrico (“AirPod, profe”) y el llano desinterés y apatía de muchos jóvenes (“nihilismo”, lo llama sin ambages la destacada filósofa y politóloga norteamericana Wendy Brown). Algunos incluso profetizan la extinción del profesor: los niños aprenderán de robots inmunes al desánimo y cansancio, infalibles en sus cálculos y datos, ignorantes de toda legislación laboral.

Urge repensar nuestra función en el aula como profesores y estudiantes, y recobrar el valor de lo elemental. No es mera hipérbole: vivimos una auténtica catástrofe educativa y cultural. Catástrofe que por silenciosa no es menos real, diría Gilberto Guevara Niebla, académico de la Universidad de Guadalajara. ¿Qué podemos hacer los profesores? En primer lugar, nombrar la catástrofe; acto seguido, reafirmar nuestros principios ilustrados (razón, progreso, solidaridad) y fomentar de nuevo la disciplina escolar. Sería un modesto pero firme primer paso. Más aún: ¿por qué no prohibir, tanto a profesores como a estudiantes, el celular en clase y regresar al lápiz y el papel, como se hace ya en países como Finlandia? ¿Qué es más importante: la educación del alumno o la última notificación de WhatsApp?

El riesgo de la inteligencia artificial es, suprema paradoja, que disminuyan nuestras reservas de inteligencia natural. Impedirlo depende no tanto de un acto de la razón cuanto de la voluntad. Suscribamos, pues, entre profesores, padres de familia y directivos escolares un pacto socioeducativo por el futuro de nuestros estudiantes. No lo olvidemos: “La educación —escribe John Dewey— no es un medio para vivir, sino que es idéntica a la operación de vivir una vida fructífera e inherentemente significativa”. ¿Acaso no merecen nuestros estudiantes una vida así?

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones