Seguramente la semana pasada ha sido una de las más amargas para Andrés Manuel López Obrador. La figura de Xóchitl Gálvez brillo en el panorama político -para bien o para mal- gracias a los pronunciamientos desde Palacio que opacó a los precandidatos oficialistas, quienes continúan ‘cabalgando’ de manera gris por el país y siendo objeto de vítores entre ‘acarreados’.Además, el Instituto Nacional Electoral (INE) le prohibió a AMLO hablar sobre los aspirantes a la contienda presidencial, a lo que respondió “me quieren silenciar, no quieren que hable. ¿Y dónde quedó la libertad? ¿Y la libertad de expresión? ¿Y el derecho de réplica? ¿Y el derecho a disentir? ¿Qué no son los principios básicos de la democracia?.” Señor presidente, el derecho de réplica que usted reclama, es el mismo que un juez de Distrito en materia civil le concedió a Xóchitl Gálvez para contrarrestar sus acusaciones de que la senadora tenía la intención de quitar los programas de apoyo para los adultos mayores, pero que usted mismo le impidió tener acceso a su púlpito mañanero, impidiendo el paso en la puerta de Palacio y que a la postre resultó el detonador para lanzarla al ‘estrellato’ y convertirla en una posible candidata que frene a su vanagloriada Cuarta Transformación.Y no solamente la autoridad electoral invitó al presidente a ‘callarse’, lo hizo también la oposición, quienes desde la plataforma del Frente Amplio por México, así como el PAN, PRI y PRD, “pedimos que se abstenga de atentar en contra de los derechos fundamentales de las personas y al libre ejercicio político de asociación. Sus palabras atentan contra la libertad de expresión y manifestación y contra el derecho a la protección de de datos personales de las y los ciudadanos”, haciendo referencia a la manera como difundió en su mañanera algunos contratos y declaraciones hacendarias de Xóchitl Gálvez.Para rematar, una semana de ‘ensueño’ presidencial, el uso de explosivos por parte de bandas criminales le vino a poner la cereza al pastel, obligando a López Obrador a reconocer los actos de terrorismo que los criminales usan para sembrar terror, respondiendo “si, si, actuar con más violencia”, corroborando la definición de Academia de la Lengua que dice: “Terrorismo...sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”.El presidente -aunque con mucha aceptación, según las encuestas- pasa por uno de sus peores momentos y su figura institucional ha quedado de lado. Se ha convertido en jefe de campaña política, usando su púlpito para apoyar a sus elegidos, criticar y acusar a los precandidatos de la oposición y tratar de usar su poder para querer destrozar a quienes legítimamente pueden arruinarle la continuidad de su ‘cuarta transformación’. Se ha dedicado a la ‘polaca’ en lugar de atender los problemas que afectan al país. Hoy, López Obrador era un hombre frustrado -y así se le nota en las mañaneras-, porque no ha tenido el empaque de de dejar de lado su pasión por ser líder político, dirigente social, para asumir su responsabilidad por la que tantos años luchó para llegar a ser Presidente de la República, como se comentó durante la semana anterior.Hoy el inquilino de Palacio es líder de un movimiento, cabeza de un partido y jefe de campaña, pero no Presidente de la República. Andrés, acuérdate que eres Presidente.¿Usted, qué opina? Daniel Rodríguez daniel.rodriguez@dbhub.net