Además de la pandemia y de la guerra informal que padecemos, tres grandes problemas sociales han acaparado las notas a lo largo del año en Jalisco y en particular en la zona metropolitana de Guadalajara: abasto de agua, inundaciones en la metrópoli y manejo de la basura. A pesar de la relevancia de estos asuntos, los gobernantes de todos los partidos lo único que hacen es administrar estas crisis, sea de la basura, del agua, del transporte público, de la pobreza, del medio ambiente, de seguridad… este noviembre cumplo 30 años de periodista y los temas que tratamos ahora estaban presentes hace tres décadas. ¿Qué han hecho los sucesivos gobiernos? Únicamente administrar las crisis, hacer como que las atienden, como que proponen soluciones, como que resuelven. Pero no lo hacen. ¿El resultado?A pesar de las recomendaciones de los expertos, la zona metropolitana de Guadalajara está cada vez más contaminada y en crisis ambiental; cada temporal hay más inundaciones y más peligrosas; el transporte público ha mejorado más en las palabras que en el día a día de cada usuario; la industria inmobiliaria ha crecido a costillas de trabajadores que se endeudan de por vida para adquirir una vivienda en la periferia, de baja calidad y con servicios públicos deficientes. Hay más explotación laboral, una fuerza de trabajo estresada, cuerpos que llegan exhaustos y cansados a sus casas para medio descansar y volver al día siguiente a su rutina de explotación. Calles y colonias que se inundan por no resolver el manejo sustentable de las aguas que corren por el territorio y por urbanizar donde no se debía urbanizar. Esto a pesar de las recomendaciones de los expertos desde hace décadas.Los gobernantes, uno tras otro y sea del color del partido que sea, no atienden a los expertos porque su interés no es resolver los graves problemas que padece la sociedad, su interés es personal y consiste en acumular más poder y más dinero. Y para ello atienden más al mercado y los dueños del dinero que a la sociedad, especialmente a la más pobre a la que ven únicamente como masa de votantes para alcanzar sus puestos. En esto se ha convertido la clase política profesional, los gobernantes, en administradores de crisis y esto es así porque el capitalismo es ahora un sistema socio-histórico en crisis, incapaz de resolver las graves crisis que padece la humanidad.A fin de que los gobiernos realmente pudieran resolver las crisis que cruzan y atraviesan a la sociedad actual (la mayoría de los problemas de los tapatíos los padecen también los madrileños o los angelinos) se tendrían que poner en marcha políticas anticapitalistas, que son las que producen los problemas.Un ejemplo cercano: resolver la crisis de contaminación del río Santiago se requeriría un gobierno que pusiera por delante la salud y vida de las personas, antes que las inversiones de los industriales. Gobiernos de todos los colores ponen por delante las inversiones de las industrias privadas creando “infiernos ambientales” como las llamó el ex secretario de Medio Ambiente, Víctor M. Toledo, lo que produce zonas de sacrificio humano que condena a cientos de miles a vivir entre la contaminación y las enfermedades que deterioran el cuerpo. Un remedio de fondo para sanear estos “infiernos ambientales” requiere poner por delante la vida y esto equivale a ir en contra de las inversiones para detener que lleguen más industrias y extinguir o extirpar a las que más contaminan. De nada sirven los discursos de gobiernos verdes que toleran la contaminación de empresas “sustentables con el medio ambiente”. En lugar de crece el corredor industrial como hace el actual gobierno, administrando la crisis ambiental que ya existe, se debería pensar seriamente en el decrecimiento económico. ¿Quién se atreve? Esto que vale para la grave crisis de contaminación en el infierno ambiental de corredor industrial de El Salto, vale para la salud, la vivienda, el agua, el manejo de la basura. Los gobernantes solo administran la crisis, piensan en el siguiente puesto y se ponen al servicio de un régimen de acumulación de capital, que es al mismo tiempo el productor de las múltiples crisis que padecemos.