Hace exactamente una semana el presidente López Obrador -durante la mañanera- dijo de manera ‘simpática’ y sonriente que no se “chupa el dedo”, después de la respuesta que las compañías aéreas de carga que solicitaron por lo menos un año para trasladar las operaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México al Felipe Angeles. El mandatario quiso resolver todo mediante un decreto express y en sus plazos, pero las recomendaciones de la Agencia Federal de Aviación (FAA) provocaron que se le hicieran enmiendas al documento y que se ampliarán las fechas, por lo que AMLO va a tener que esperar ‘chupandose el dedo’ mientras se resuelven cuestiones de infraestructura y cumplen algunos trámites legales.La ‘orden’ de López Obrador que era de hacer la mudanza de las operaciones de carga en un término de 90 días -que provocó una reacción negativa entre la industria-, ahora tendrá que prolongarse hasta tener la infraestructura necesaria y que se cumplan los requisitos de ley. La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) ya establece que “el proceso es complejo. Ni las aerolíneas ni las cadenas de suministro de carga asociada pueden simplemente empacar y mudarse a un aeropuerto alternativo”. Además, se requiere primero de las certificaciones de terceros, como es por ejemplo el caso de la aprobación del trámite ACC3-RA3 para la carga que se transporta a Europa, y algo que es vital, “que el gobierno federal complete la infraestructura de transporte terrestre hacia y desde el AIFA, la cual está totalmente inadecuada para apoyar el movimiento de pasajeros y carga”. Esto último, dicen los enterados en asuntos de comunicaciones, no estará listo en un plazo tan corto. Más claro, ni el agua.El viernes pasado López Obrador, durante un evento con servidores públicos de los programas sociales, se vio obligado a ‘corregir’ el arrebato y modificó el plazo, que será en por lo menos cuatro meses cuando la mudanza total se pueda llevar a cabo.Al final de cuentas el proyecto presidencial -de mudar las operaciones aéreas de carga- se llevará a cabo, es un asunto que posiblemente sea necesario por la saturación que existe, pero que se pudo haber planteado y manejado de manera diferente. Ah no, pero tenía que ser abordado de manera ‘bravucona’, ‘por sus pistolas’ y como imposición, como le gusta al inquilino de Palacio.De esa misma manera ‘bravucona’ el presidente debe darle celeridad a la urgente necesidad de que México regrese a la Categoría 1 en materia de seguridad aérea. Ya se van a cumplir dos años -mayo del 2021-, dentro de esta administración, desde que la FAA detectó irregularidades durante una evaluación -entre octubre 2020 y febrero 2021- nos degradó a Categoría 2 al encontrar “áreas de incumplimiento de las normas mínimas de seguridad”. Ya han pasado siete evaluaciones y no se han podido corregir los incumplimientos en la normativa, que nos colocan ‘honrosamente’ junto a otros paises que estan degradados, como son los casos de Ghana, Pakistán, Tailandia, Malasia, Bahamas, Curazao y Venezuela.Así como el presidente resuelve con caprichos y arrebatos sus ‘fantasías’ de gobierno, que recuerde cuando dijo “Tengo las riendas del poder en las manos” y que ponga entre sus prioridades el cumplir con los requisitos de seguridad aérea para darle certeza y confianza a los poco más de 80 millones de personas que cada año viajan por el espacio de México, entre ellos a casi 17 millones de turistas extranjeros, que entre paréntesis son uno de los principales soportes de nuestra economía. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net