Nada causa más pesar que el ver llorar a una madre desesperada ante la enfermedad de sus hijos o seres queridos, sin poder suministrarles la vac una o medicina necesaria, y si éstos llegan a perder la vida a causa de la negligencia de los “agentes” de salud, el odio en contra de nuestros gobernantes continúa acumulándose, lo cual no es sano para quienes ostentan todo el poder y amenazan con perpetuarse en el mismo.Mal aprovechan la confianza depositada en ellos por la ciudadanía, y traicionan lo que decían era su convicción. Las autoridades de nuestro Estado y país no se cansan de recibir halagos (pagados) de sus incondicionales y dicen irse a dormir a diario con la conciencia tranquila. Sin embargo, en las clínicas y hospitales del sistema de salud pública del país, no se cuenta, o peor aún, se niegan las vacunas de la famosa “Cartilla” para infantes (la primera se debe de aplicar dentro de las primeras 48 horas de haber nacido).Si su lema es “Primero los pobres”, déjenme decirles que el paquete de vacunas básicas, elementales para los niños cuesta cuatro mil 500 pesos, y la primera, de tres de ellas, que se debe de aplicar a los recién nacidos cuesta 900 pesos cuando hay, mientras que el sueldo promedio apenas alcanza los cinco mil pesos mensuales.Para más, de acuerdo con las autoridades sanitarias, a finales del presente mes estará asomando la influenza, razón más que suficiente para que la vacuna de refuerzo para toda la gente y en especial los adultos mayores, esté en tiempo y forma, para evitar males mayores.APUNTESi los “otros” como gustan de llamarles quienes encabezan las nuevas administraciones, en un intento por deslindarse de la responsabilidad asumida hace meses, eran unos pillos, unos incapaces y deshonestos, según éstos, me pregunto ¿porqué entonces nunca faltaron las campañas preventivas, fumigación en las calles, recolección de basura y vacunas?Bastaría con que el gobernador de Jalisco, los presidentes municipales o el Ejecutivo federal se dieran una vuelta por los hospitales civiles, clínicas de salud pública o del IMSS e ISSSTE, sin los achichincles que les ocultan la realidad (El Principito, Magister dixit) para que se dieran cuenta y actuaran en consecuencia.En Guadalajara y todo el estado acuden diariamente cientos de madres de familia en busca de las vacunas para sus hijos recién nacidos y la respuesta al unísono es “no hay, pero posiblemente en un mes ya la tengamos”. Tal parece que están más ocupados en “maquillar” las estadísticas, las cuales, según ellos, reportan mejoría en comparación con lo que sucedía antes de que ellos llegaran al poder -aunque está claro que les ha quedado grande la responsabilidad conferida-.Las lágrimas de una madre son el peor abono para el desarrollo.