¡Vaya si los tiempos cambian...! El futbol, en sus orígenes, era “un juego de hombres”, tanto en la cancha como en las tribunas y en los corrillos. Después, como espectáculo, atrajo a las mujeres a los estadios, e inspiró frases como la del periodista brasileño Armando Nogueira (que no necesitará traducción, supondremos): “Futebol é jogo pra mulher… ser vista”. Es decir, una presencia grata en las tribunas.La francesa Stéphanie Frappart, su compatriota Manuela Nicosi y la irlandesa Michelle O’Neal hicieron historia ayer. Se trata de las integrantes de la tripleta arbitral en la final de la Supercopa de Europa, disputada ayer entre Liverpool y Chelsea en Estambul, Turquía.En vano buscarán los morbosos pelos en la sopa. El desempeño de las tres colegiadas fue punto menos que impecable. Entre sus decisiones más notorias, la silbante mostró tres tarjetas amarillas y señaló un penalti -discutible, como tantos… pero avalado por el VAR- a favor del Chelsea.Frappart había dirigido previamente la final del reciente Mundial de futbol femenil, disputada entre Estados Unidos y Holanda, y fue la primera mujer en dirigir partidos de la Ligue 1 de Francia. En ese aspecto, siguió el camino de la mexicana Vicky Tovar, quien, en febrero de 2004, fue la primera mujer árbitro en un partido (Irapuato-América, por cierto) del futbol mexicano.Más señales de que los tiempos cambian: si bien las ligas femeniles, en México, aún están en ciernes, ya hay un campeonato nacional en que participan filiales de los equipos profesionales de Primera División… aunque es obvio que sus partidos no suscitan el interés ni mucho menos la pasión que los del futbol varonil. El reciente Mundial femenil dio pie a que se planteara por qué las mujeres futbolistas no perciben salarios similares a los de sus colegas varones.Ya hay peleas de box femenil (un deporte que, por sus propias características, parecería inadecuado para el sexo femenino, al que se asocia culturalmente con la delicadeza)… aunque, como mera anécdota, una de las primeras funciones con combates de ese género celebradas en Guadalajara, tuvo lugar, a mediados del siglo pasado… ¡en el Teatro Degollado!Para concluir, una frase de Golda Meir, quien fuera primera ministro de Israel, perfectamente aplicable al arbitraje en el futbol: “No puedo decir si las mujeres son mejores que los hombres… pero sí puedo decir, sin duda, que no son peores”.
