Las primeras pinceladas del verano se sienten en el ambiente. Luego de un año de guardarse y ser pacientes con esta pandemia, poco a poco se van abriendo los espacios para viajar, siendo los destinos cercanos a la Zona Metropolitana de Guadalajara los que se antojan más apetitosos.Y cuando hablamos de “cercano”, Puerto Vallarta se destaca por doble vía. Primero porque geográficamente es uno de los destinos de playa predilectos por los viajeros locales. Segundo porque siempre está en el corazón y las mentes de los aventureros que desean abandonar la rutina de la metrópoli para hundir cómodamente los pies en la arena y dejarse tostar por el sol al vaivén del océano Pacífico.¿Sonó a poesía? Es imposible no serlo cuando se disfruta un atardecer desde el malecón de Puerto Vallarta y el disco solar se hunde suavemente en la infinidad de Bahía de Banderas. Es imposible no dejarse llevar por el romance al recorrer por la noche las calles del Centro para llegar a un restaurante. Y claro, es imposible no comenzar a saborearse alguno de sus manjares cuando se ha disfrutado de los frutos del mar que este rincón de Jalisco le regala a quienes buscan algo memorable con qué llenar la pancita.La recomendación para disfrutar del muelle y no quedar rostizado en el intento: Hacerlo muy temprano o cuando la tarde ya comienza a pintar el firmamento con los colores anaranjados y púrpuras.Disfrutar de un atardecer desde playa Los Muertos o disfrutando de un mojito en el malecón es una de esas cosas que hay que experimentar en la vida. Si andas por el Centro, explora la calle Basilio Badillo, donde se encuentran restaurantes y barecitos encantadores.Claro que los recuerdos que más se aprecian son aquellos que nos llevamos en la mente o anidamos en el corazón. Pero para quienes buscan un recuerdo que se pueda pegar en el refri o para adornar la casa (un souvenir, vamos), entonces la opción es darse una vuelta por el mercado municipal Cuale, sembrado de pequeños puestos con diversa mercadería, dulces típicos, artesanías y una que otra genialidad nacida de las manos de los artistas locales. En la Zona Centro también hay galerías de arte wixárika.Boca de Tomates y el Estero el Salado son dos buenos ejemplos de como Puerto Vallarta ha crecido sin que eso signifique que haya depredado su entorno. Por las mañanas un coro multitudinario de aves se encargará se ponerle el “soundtrack” de bienvenida a tu día, mientras que por las noches el murmullo de olas lejanas bañará tu corazón con la divina paz. No olvides, eso sí, ponerte tu bloqueador solar o repelente de mosquitos durante esta temporada.La cocina de Puerto Vallarta bien se merecería una artículo aparte, pero hay algunos imprescindibles para comenzar la lista: El ceviche estilo Puerto Vallarta es un infaltable y un magno aguachile son dos básicos en toda comida. No olvides probar la raicilla, bebida típica de la región de la que ya hablamos en esta edición de PASAPORTE de EL INFORMADOR. ¿Tip romántico? Visita el Café des Artistes (Calle Guadalupe Sánchez 740), recién estrenó imagen y su menú es fabuloso, por decir lo menos. Puedes reservar en https://www.cafedesartistes.com/