Como todo lo que tiene que ver con el amor, el Día de San Valentín está lleno de delectaciones indecisas, en esta ocasión sobre qué regalar. Pues si en otras ocasiones como cumpleaños o graduaciones se puede optar por obsequiar algo que al festejado le guste o necesite, en esta fecha el tema va más por manifestar un sentimiento que el mismo enamorado puede tener dificultad en definir. La sociedad ha caído en convenciones y recurrido a símbolos que de alguna manera llevan implícito el mensaje, y quizá por eso las flores, los chocolates y los peluches abundan en esta fecha. ¿Trillado?, seguramente, pero, ¿hay una mejor manera de expresar la dulzura, la belleza o el afecto?Un ramo de flores siempre será la opción segura, por tradicional; original, porque como producto de la naturaleza no hay dos iguales; y simbólica, porque los colores, los aromas y las formas remiten a ese sentimiento de placer y alegría que anhelan los enamorados, o mejor, que ya están viviendo.Ahora bien, dentro de su inmensa variedad, cada tipo de flor se ha asociado a un sentimiento o mensaje específico, y a continuación presentamos algunas que pueden ser útiles para hacer más fácil la elección. La flor del amor por excelencia y la favorita de todos, si no como flor en particular, sí como regalo, pues las de color rojo son símbolo del amor apasionado y duradero. Por otro lado, las de color rosa están ligadas a un sentimiento más inclinado hacia la ternura; y las amarillas con la amistad, una clase de amor que no se debe menospreciar. Un tanto alejados del cliché y con formas que aportan a la estética de los ramos, los tulipanes y sus colores encendidos transmiten alegría y optimismo, con un toque delicado y elgante a la vez. Las orquídeas son símbolo de elegancia y sofistificación. En su color blanco, por ejemplo el de la variante phalaenopsis, también conocida como orquídea mariposa, representan la belleza y un amor puro. Esta flor es conocida como "la flor del amor" por sus hojas que semejan corazones. Su color rojo, al igual que las rosas, se usa como representación de la pasión y el deseo, lo que la hace una opción diferente que destacará.Pero, claro, a final de cuentas, más allá del tipo de flores que compongan un ramo y su significado popular, lo importante es el significado propio que le dan los involucrados, la motivación, el proceso de selección o armado de quien las regala, y la emoción de quien las acepta.