De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) el pasado 13 de abril entró la primera ola de calor al territorio mexicano, generando temperaturas máximas de hasta 45 grados en varios estados del país.En los últimos años, el calentamiento global ha provocado un incremento en la regularidad, intensidad y extensión de las olas de calor en diferentes partes del planeta. Aparte de los impactos físicos, como la irritación cutánea y los espasmos musculares debido a la deshidratación, el calor también puede influir en la salud psicológica, provocando afectaciones como el llamado estrés térmico. Se trata de una condición originada por el incremento de la temperatura del entorno, y se relaciona tanto con el estrés mental como con el metabólico.Este fenómeno se presenta en momentos de elevadas temperaturas y sus efectos trascienden los problemas físicos como la falta de hidratación y la irritación cutánea. Además, impacta en el sistema nervioso y puede tener repercusiones en el estado de ánimo y en el desempeño laboral.Hugo Sánchez Castillo, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM, explica que el estrés térmico puede estar acompañado de hipertermia que ocurre cuando los sistemas que controlan la temperatura corporal dejan de funcionar correctamente, lo que resulta en un aumento de la temperatura por encima de lo habitual.Es por ello que las olas de calor se relacionan con esta condición, ya que son un ejemplo de condiciones climáticas extremas que pueden afectar gravemente al cuerpo.Cuando el cuerpo humano se ve afectado por este padecimiento, es probable que las personas presenten las siguientes reacciones:Para combatir los efectos del estrés térmico, se recomienda trabajar en espacios ventilados y seguir las pautas de prevención establecidas por expertos, así como usar ropa y calzado ligero y cómodo, e hidratarse continuamente . YC
