Transitando por las calles de la Americana, encontré este lugar que llamó mi atención por su nombre, Venganza Venganza. Y así fue como acudí a él en compañía del buen Onofre, quien hace paro para visitar nuevos lugares sin reparo alguno. Unos han salido buenos y de otros no he escrito. Con cinco meses de servicio, se encuentra en la calle Emerson entre Vallarta y López Cotilla. Antiguamente era una boutique; ahora, la conservan al final del restaurante.Ahora se autonombran concept store, ya que tienen buena música (dj los sábados), arte en sus paredes, moda al fondo y una gran propuesta gastronómica. Con una cocina semiabierta (algunas preparaciones son a la vista), una decoración singular; además, las mesas son de concreto. Nos dispusimos a probar las delicias que les detallo.Iniciamos con un guacamole con chicharrón colombiano ($210); es un guacamole cremoso al que coronan con fritura de pancita de cerdo muy dorada en pedazos pequeños, bañado con una llovizna de salsa macha sin mucho picor, pero con mucho sabor, acompañan con rábanos, rodajas ligeras de serrano, verdes para la vista y totopos.Seguimos con el sándwich de pollo ($120) de 120 gramos de pechuga con un capeado muy fino, pero muy crujiente, en pan brioche muy suave y pepinillos encurtidos en casa. Te ofrecen salsa de ajo o búfalo.Yo pedí ambas. La de ajo muy cremosa sin ser invasiva de sabor, con ajos rostizados pues. Y la búfalo muy clásica y de picor bajo. Ambas un poco espesas.Llegó después el taco de ostión frito ($90) presentado en un plato caliente, gran acierto ya que en muchos lugares al llegar el taco en plato, llega casi frío. Lo presentan sobre una tortilla de maíz azul, un poco gruesa, es decir, no comercial, bien embarrada de un aderezo de chipotle. Vienen tres ostiones capeados con la misma mezcla que capean el pollo, que es muy ligera, coronados con col morada cortada muy fina, un caminito de cebolla frita y un poco de tocino bien dorado.Para finalizar, ordenamos un aguachile tatemado de ($190) con 120 gramos. De camarón de buen tamaño y con una salsa a base de tomatillo milpero y chiltepín. Aquí el picor es medio alto, lo que hace adictivo el bocado. Lo presentan en un plato hondo con medias lunas de pepino, cremoso de aguacate y rodajas de serrano.¡Sé feliz! CT