Qué rico es saber de un lugar que te queda lejos, ir y que valga la pena. Así me fue con Tacos Gigantes Franco (TGF). Este puesto con 35 años de tradición que fundó Don Franco, y quien falleció hace tres años. Inició en la calle Esteban Loera con su socio Arturo, que sigue despachando su propio puesto con tacos grandes también, y que a los años decidieron emprender cada quien su camino. Ahora TGF se ha renovado totalmente y estrenó puesto, instaló mesas y sillas y hasta un lavamanos, todo bajo la tutela de José y Brenda que quedaron al frente. Sólo tienen tres tipos de tacos: lengua, labio y carnaza. En tres tamaños: chico mediano y grande. Pero no hay que dejarnos llevar por sus medidas, del chico salen cinco tacos, del mediano ocho y del grande 11 que equivaldría a media lengua por ejemplo.Para iniciar pedimos uno de lengua mediano ($130) es una gran porción, toman un par de tortillas las cuales remojan un poco en la grasa de cocción de la carne, que por cierto tanto lengua, labio y carnaza, se preparan en la misma olla. Alrededor de 40 kilogramos de cada proteína, así que ya se imaginarán el movimiento que hay. Pero volviendo, remojan la tortilla y la ponen a dorar para luego ponerla en medio del plato como base del taco (orden diría yo); luego, esa lengua cortada en cubos normales, no chicos, (aunque pueden partirla como te guste, es decir; muy picada o trozos grandes), la esparcen por todo la superficie del plato. Posteriormente le añaden su jardín al gusto y una buena cucharada de salsa verde con picor muy bajo, para después tapar con otra tortilla sancochada y doradita como la de abajo. Llega a tu mesa sorprendiendo a propios y extraños pero más que nada a primerizos. Ahí hay un par de salsitas más para dar color y ese picor que los tacos siempre nos piden. La lengua tiene una humedad excepcional, una cocción perfecta y un sabor inolvidable, cada bocado se disfruta y se saborea. También “chopeas” con el consomé que te ofrecen (muy bien desgrasado).Seguimos con otro mediano de carnaza ($130) que está preparado exactamente igual que el anterior, aunque la carne guarda su propio sabor y textura. La carnaza la ofrecen (si no dices como la quieres) muy picadita, pero se sigue viendo un bulto grande debajo de las tortilla. A éste, optamos por ponerle directo a la orden un buen chorro del consomé y lo taqueamos de lo lindo, como si no hubiera mañana, ni exámenes médicos de laboratorio.El labio es lo primero que se acaba y no pudimos probarlo, pero ahora que sé que vale la pena la vuelta, seguro los degustaré pronto.¡Sé feliz!