Tenía muchas ganas de conocer este restaurante francés (más bien diría cocina europea), ubicado en la colonia Moderna. Se encuentra en una esquina y cuenta con una terraza muy agradable y un salón distribuidos en lo que antes fue una casona.Con siete años ya en operación este restaurante tiene muchos adeptos por lo que sugiero que si van en fin de semana, reserven porque se llena.Cuentan con un vasto menú con delicias francas y alguna que otra invitación de comida internacional como la hamburguesa. Que de hecho, me la habían recomendado tanto que fue una de las razones por las que no iba y por las que tenía ganas de ir. Y es que un restaurante francés que ofrece una hamburguesa no despertaba mi interés aunque me comentaban que estaba muy buena, sí lo hacía, por lo que un buen día, cité a mi comida de negocios ahí y aquí mi paso:Iniciamos con los famosos Escargots de Bourgogne ($239) con nueve deliciosos caracoles en su charola (también hay de 12 piezas $299) que son estos caracoles que primero se saltean con un poco de ajo y luego se bañan con mantequilla y perejil. Imperdibles siempre que voy a un restaurante francés.Seguimos sí, con la hamburguesa, Le burger du bon plan ($163) con un pan artesanal de gran suavidad, de ese que se hace sólo sobre pedido, viene esta joya que cuando leí el menú entendí porque la inclusión de este platillo, además de ser siempre un antojo para todos los tapatíos que siempre estamos buscando una buena hamburguesa. Su versión incluye una costra de queso gruyere y un chutney (ellos lo llaman shutney) de cebolla, que en castellano es una mermelada de cebolla. Se confecciona con cebolla, aceite de olivo y un poco de azúcar morena. La carne de 200 gr. Tiene muy buen sabor y denota que está hecha con la regla 80/20, es decir 20% grasa de la misma carne. La ofrecen también en versión vegetariana con hongo portobello.Por último y después de esas dos entradas, nos pusimos más serios con un buen solomillo strogonoff ($288) que aunque es un platillo meramente ruso, éste fue inventado o confeccionado a manos del famoso chef francés, Andre Dupont. El platillo se realiza a base de un fondo de res, champiñones de los llamadas parís en cuartos, cebolla, crema y vino tinto. Me encanta este platillo, es muy balanceado y tienen toda la escuela francesa en su realización, la reducción del fondo y el sabor que aportan los hongos es sensacional, acaba uno persiguiendo la salsa que queda con un pan con que se acompaña.Para dar el puntillazo de gracia, llegó el confitado de pato Le Bon Plan ($334), si ya sé, fue un festín y una burla a la nutrióloga, pero ya estábamos ahí. Con pierna y muslo como debe de ser, con ese gran sabor que aporta su propia grasa y su cocción a baja temperatura por ocho horas. Exquisito.¡Sé feliz!