Las mujeres vivimos este tema de una manera diferente. Existe la que siempre está a dieta y quiere bajar de peso, la que no come nada, la que se mata haciendo ejercicio pero come sin parar, las que se laxan, en fin. El punto es que éste es un tema que siempre está en la mesa. ¿Te has puesto a pensar realmente de dónde viene eso?Me atrevo a compartirlo porque yo lo viví. Yo era esa mujer, que todo giraba entorno a la alimentación y brincaba de nutrióloga en nutrióloga o de báscula en báscula.De verdad, además de ser desgastante para mí y los que me rodeaban, era siempre querer más y más hasta que un día me aventé un clavado y empecé a descubrir que todo viene desde que estás en la panza de tu mamá, ya que ella es la primera que te alimenta.Tomé un curso que me cambió la vida en ese sentido, llamado "Mi cuerpo, mi historia", ¡Ahí entendí todo! Es increíble cómo sin darnos cuenta estamos tan desconectados de nosotros mismos , y en realidad absolutamente todo viene de las emociones.Decidí dejar todos mis métodos y empezar a usar esta técnica, siendo que estaba ocho kilos arriba y frustrada con mi cuerpo. Ésto funciona demasiado fácil cuando aprendes a escucharte, es decir, muchas veces pensamos que nos estamos muriendo de hambre y quizás es sólo ansiedad.Entonces empecé a hablar conmigo misma cada que iba a comer algo no nutritivo y me preguntaba ¿Ésto es por ansiedad? ¿Es por hambre? ¿Es por antojo? Y así como por arte de magia empecé a bajar de peso, pero ahora con la posibilidad de disfrutar todas esas cosas que yo me había restringido para siempre o había satanizado en mi vida. La mente es muy poderosa, y la culpa es lo que engorda más.