Este 3 de abril inicia el horario de verano que consiste en adelantar el reloj una hora, costumbre llevada a cabo desde 1996, con el objetivo de disminuir el uso de energía eléctrica, sustituyéndola por la luz natural del Sol. Desde esa fecha, la población ha cuestionado la verdadera funcionalidad de este recurso, pues aseguran que son más las desventajas que los beneficios, ya que produce alteraciones físicas, mentales y conductuales.Hace 25 años, durante la administración del presidente Ernesto Zedillo, el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó el nuevo decreto. Este recurso molestó a la población, pues argumentaban que la modificación derivaba del interés de empatar la hora de México con la de Estados Unidos, con la que se diferencia, en casi todas las regiones del país vecino, por una hora. Por ello, cada año, cuando llega el momento de modificar la hora del reloj, todas y todos nos cuestionamos si este cambio ayuda a ahorrar energía.De acuerdo con el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), órgano que modula el uso eficiente de la energía eléctrica, la aplicación del horario de verano coopera para la reducción de energía eléctrica. Sobre todo, en las regiones que se encuentran más alejadas a la línea del Ecuador, en los que impacta más la inclinación de la Tierra, de un ángulo aproximado de 23.5º, ya que la duración de las horas del día y la noche se desequilibran altamente. Por ejemplo, algunas regiones de Noruega, Islandia, Groenlandia y Canadá en las que difícilmente se pone el Sol.El horario de verano incita a que los interruptores de luz se enciendan más tarde. Esta disminución en el uso de energía eléctrica concita a una menor quema de combustibles. Según las cifras más recientes, con fecha del 2018, los resultados provenientes de la implementación del Horario de Verano fueron un ahorro en el consumo de 945.29 de vatios por hora (GWh); ahorro en demanda de 591.72 megavatios (MW); y 498 mil toneladas de emisiones evitadas de dióxido de carbono (CO?).Para dimensionar la efectividad del ahorro de energía, durante el cambio de horario, el fideicomiso privado comparó la cantidad de 945.29 de vatios con la producción de energía suficiente para abastecer a de luz eléctrica a 592 mil 240 casas anualmente.Pero este no es el único ahorra que argumenta el FIDE, sino que racionalizar el uso de la energía también existen beneficios económicos. En 2018, se economizaron $1,359 millones de pesos, de acuerdo a este fideicomiso.OA