En colaboración con el Museo Tamayo y la Fundación Olga y Rufino Tamayo, la Fundación Black Coffee Gallery editó el libro “Tamayo: Mixografías” (BCG, 2023), el cual es resultado de un proyecto expositivo que se exhibe actualmente en el Museo Tamayo de la Ciudad de México.En este sentido, la publicación —que consta de 1200 ejemplares y que fue presentada recientemente— reúne las 45 mixografías producidas por Rufino Tamayo de 1978 a 1990, las cuales se acompañan de textos obra del maestro Juan Carlos Pereda, curador de la exposición y especialista en la obra del artista oaxaqueño.Proceso complejoEn entrevista con EL INFORMADOR, Pereda ofrece una explicación de lo que es la “nueva técnica de impresión” a la que Tamayo denominó ‘mixografía’, y que ideó en colaboración con el reconocido ingeniero mexicano Luis Remba en el Taller de Gráfica Mexicana, “y consiste en registrar relieves en una placa de papel fabricado artesanalmente, con un grosor y textura muy abierta que permite la absorción de tinta que Tamayo requería para lograr las tonalidades que buscaba”.Y más allá de necesidades creativas y técnicas del artista, destaca el curador que “Tamayo buscó equiparar la obra gráfica con su pintura; y lo que buscaba no lo iba a conseguir con un papel común, fabricado de manera industrial. Es una técnica compleja que parte de una placa trabajada por el artista sobre otra de yeso o metal donde imprime toda la textura, se baña con cera y se somete a calor para quedar impresa en una placa y el papel se coloca humedecido para registrar las texturas. Al vaciar el agua, queda la placa de papel y se añaden las tintas para concluir”.Esto, que se hizo a finales de los setenta, se convirtió en “un nuevo recurso técnico” que prueba la importancia de Tamayo, “porque no sólo tuvo propuestas conceptuales y estéticas, sino técnicas por igual; y esto es un aporte mayúsculo, pues Tamayo cultivó la gráfica de manera aleatoria (se juzgaba pintor, ante todo)”.Origen del estudioEn este sentido, el libro —explica Pereda— “reúne por primera vez los 45 ejemplares de mixografías que hizo el artista; muchas de las cuales no circularon nunca en México, pero gracias a la Colección Black Coffee Gallery se consiguió, pues poseen cerca del 90% de lo producido por Tamayo en arte gráfico. Ahora, la colección estuvo a mano y fueron muy generosos”.Así, trabajando por 35 años con la obra de Tamayo, el investigador y curador comenta que su estudio surge a partir de reflexionar en torno al “original múltiple: donde una pieza se reproduce varias veces y todos son originales. El proyecto vino de tiempo atrás y la cuestión para el museo es ir revisando toda la producción del artista, y este es un eslabón más en torno a las iniciativas respecto de la obra completa de Tamayo”.Arte y técnicaDe esta forma, el libro es “una labor de equipo” que encabezó Patricia Montelongo, detalla Pereda, “e incluye la catalogación razonada de cada pieza, e informamos los ejemplares de cada edición y las tintas empleadas. Al mismo tiempo, al ser un libro técnico no pierde su condición de una edición de arte, sumamente cuidada (por fortuna, trabajamos con Manuel García, gran editor), que reproduce puntualmente la obra, a lo que sumamos la interpretación de la obra, y lo que dijo de su obra el maestro. El valor del libro es doble: es de arte y técnico, una herramienta y un motivo de gozo”.