El Museo Internacional de Arte (MINART), proyecto que impulsa la Fundación Black Coffee Gallery, se encuentra todavía en “obra gris”, de acuerdo con sus promotores, pero lo mismo que la empresa y fundaciones que trabajan en su edificación, el proyecto podría quedar concluido el año entrante (2023) y convertirse en un “polo cultural” capaz de generar proyectos de capacitación en el sector cultural y para el desarrollo y construcción de comunidad.En entrevista con EL INFORMADOR, Benjamín Fernández Galindo, creador de la cadena de cafeterías Black Coffee Gallery y presidente de la fundación del mismo nombre que apoya el arte mexicano, refiere que “el museo está al 95 por ciento de su construcción, pero debido a la pandemia el flujo de recursos se interrumpió; lo que resta son los detalles, es decir, lo más complicado, los sistemas de acondicionamiento de aire, contra incendios, escaleras, alarmas, baños, el montacargas y el sistema de luminarias”, por mencionar sólo algunos.Construcción y complejidadesEl inmueble -que se ubica a un lado de la galería central de Black Coffee Gallery sobre la calle Inglaterra, casi a su cruce con Periférico Norte, en San Juan de Ocotán- luce su inmensa fachada (su altura es de poco más de 30 metros) en pleno proceso de pulimento y falta retirar en una sección las junturas de la cimbra; con todo, es imponente y ya ha albergado algunos (pocos) eventos especiales, a pesar de no estar completa la obra.Coleccionista de arte desde hace años, Fernández Galindo es consciente de que “en la ciudad hay pocos lugares donde apreciar el arte, salvo los museos -algunos en casas antiguas pero que a veces complican la colocación de obra- pero su oferta es limitada; lo sé después de dedicarme a coleccionar por veinte años, y hemos convertido nuestra colección en una de las más importantes del país, a la que se añade una impresionante de libros de arte para consulta”.De este modo, interviene en la charla con esta casa editorial el encargado de la colección Black Coffee, Manuel Baigts, “cuando una colección crece se va llenando de complejidades, y nos hemos allegado a profesionales que nos ayudan a conservar y organizar, pero llegó el momento en que el espacio fue insuficiente. Por eso el museo se hizo necesario, se requería un espacio diseñado con base en procesos definidos para manejo y cuidado de obra; y debe ser rentable o, por lo menos, autosuficiente. Y a esto debe sumarse una galería, librería y área de consulta”.Lo primero es el acervoEn estos términos, el sustento del proyecto arquitectónico fue “conservar el acervo”, antes que nada, y se ha financiado “con dineros privados”, refiere Fernández Galindo, “pues en el ámbito público no hay mucho interés; yo creo que este que construimos se convertirá en un ícono a nivel nacional e incluso internacional; y nuestro interés es trabajar en promover e impulsar”.Con todo, el presidente de la Fundación es claro al comentar que “faltan recursos; lo que resta es lo más complicado y demandará más inversión; además nos interesa certificarnos como museo. Lo que buscamos es atraer capitales, sobre todo de Estados Unidos o Japón, porque no sólo se trata de exhibir una colección sino atraer a la gente, impulsar proyectos formativos en alianza con instituciones educativas y generar fuentes de empleo, aquí en San Juan de Ocotán”.Un museo únicoPara Baigts, “siempre habrá estrategias para conseguir la autosuficiencia, pues el museo implica muchas áreas de oportunidad que nos permitirán ofrecer servicios de distintos tipos; de hecho, contactamos al arquitecto que se hizo cargo del proyecto -Alfonso Fernández- porque comprendió muy bien lo que se necesitaba y nosotros estamos muy contentos con el resultado”.Por sus características, prosigue Baigts, el MINART podría convertirse en “único” en este país y, además, “hacerse con ingresos propios aprovechando los diferentes departamentos que la Fundación Black Coffee Gallery tiene en funcionamiento para el cuidado de su colección, como el área de restauración y mantenimiento (en donde trabajan especialistas certificados)”.Se tenía previsto “abrir las puertas” del MINART el año anterior, pero la contingencia sanitaria derivada de la pandemia “retrasó bastante” todos los procesos, establece el presidente de la fundación y fundador de la empresa Black Coffee Gallery, “pero para operar al cien por ciento, en términos operativos, creo estaremos listos durante la segunda mitad de 2023, porque no es poco lo que falta”.En específico, el proyecto arquitectónico del MINART quedó en manos del arquitecto Alfonso José Fernández Gómez y el Taller de Arquitectura FMÁSF, en entrevista con EL INFORMADOR, el destacado profesional comenta que “lo que el contratante quería era guardar su colección (muy extensa), para lo cual necesitaba bodegas y, además, un área de exhibición en el nivel principal, además de un espacio para clasificación y preparación de obra; al final, contamos con seis niveles, pero de altura considerable cada uno”.Ahora bien, indicó el arquitecto, plantear un proyecto de museo es diferente de otros, “su diseño es complejo y, además, el Taller FMÁSF pasó de esa etapa al anteproyecto y después los planos ejecutivos, los cuales se fueron modificando durante la construcción porque fue cambiando poco a poco. Posteriormente, inició la construcción y eso generó nuevas complejidades, pues se trata de una estructura de concreto en más de un 90 por ciento”.Pionero en JaliscoEn opinión de Fernández, el MINART “será pionero en la entidad; sólo en la Ciudad de México y Monterrey se cuenta con este tipo de museos (como el JUMEX, que diseñó David Chipperfield), son estructuras que se parecen mucho. Además, partimos de una colección enorme, creo se trata de más de siete mil piezas y de renombrados artistas como Rafael Coronel, Manuel Felguérez o Rufino Tamayo; por eso las bodegas se acondicionan y tienen cinco metros de altura, a lo que se suma la gran cantidad de obra gráfica que se debe conservar”. Por otra parte, dice el arquitecto, “las instalaciones especiales son siempre complejas y avanzadas; por las cualidades de los bienes, no se puede hacer uso de sistemas hidráulicos contra incendios y deben ser de gas, para eliminar el oxígeno. Asimismo, se prevén conectores verticales para movimiento de obras, y un elevador especial para personas y piezas artísticas”.Lo que restaCon un 95% de avance en la construcción, afirma Fernández, “lo que falta son algunas instalaciones y los detalles finales, lo que podría tomar entre ocho y doce meses más, si se piensa en dejar listo todo en términos operativos, todo lo cual depende del flujo de recursos”.Finalmente, el arquitecto deja claro que “no cualquiera tiene la oportunidad y el privilegio de hacer un museo, por eso estamos honrados con la encomienda, felices con el resultado y con el reto, porque no ha sido sencillo. Ojalá este proyecto sirva para impulsar el arte en la ciudad, porque se distingue por su gran número de creadores”.MQ