En México, se estima que cerca de 5.7 millones de personas padecen algún tipo de discapacidad, mientras que en Jalisco la cifra asciende a 150 mil personas; en este contexto, resulta más necesario que nunca hablar de inclusión, pero no como un término institucional aislado, sino como una práctica cotidiana en la cual todos somos partícipes.La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) es un ejemplo ideal, año con año la FIL recibe a poco más de 818 mil visitantes, con la idea llevar el arte, la cultura y ciencia a la población; promoviendo y fomentando así la responsabilidad social en sus asistentes. Bajo esta premisa de responsabilidad social, la FIL Guadalajara apuesta por llevar la lectura a todos sus visitantes, protegiendo las condiciones de igualdad independientemente de sus circunstancias personales. Poniendo al alcance de los usuarios, ediciones en Braille o bien procurando espacios de sensibilización y concientización, como el de la Secretaría de Cultura (SC), quienes en esta edición hacen apología a la enseñanza de la Lengua de Señas Mexicana (LSM).Sin duda, los avances que ha hecho la FIL en materia de inclusión durante los últimos años, son de reconocerse, sin embargo aún quedan grandes retos que superar, desde cuestiones de movilidad dentro de las instalaciones para personas con silla de ruedas, hasta la ausencia de intérpretes de LSM en los eventos y foros de la Feria. Esperemos que en próximas ediciones, podamos hablar de la FIL como un lugar donde el término “Inclusión” sea obsoleto, porque todos y todas encontramos en ella un espacio para disfrutar del arte, sin importar nuestras condiciones.AC