El tapatío Isaac Hernández recibió esta semana el Premio Benois de la Danza entregado en el legendario Teatro Bolshoi de Moscú, en la categoría de Mejor bailarín. Entregado en Rusia desde 1991, estos premios se han convertido en un referente mundial de la disciplina, considerados como los más importantes; incluso, coloquialmente se les conoce como los “Oscar” de la danza.Por su importancia, desde la nominación Isaac ya se sentía afortunado, comentó en entrevista desde el Reino Unido: “Todavía me cuesta trabajo tomar consciencia sobre ello. Esta mañana desperté pensando que fue una fortuna vivir ese momento. Hay muchos grandes bailarines que terminan sus carreras sin vivir ese momento. Estoy muy agradecido. En mi caso, cuando he tenido logros en mi carrera no logro dimensionarlos. Éste fue diferente: cuando me anunciaron como ganador entendí que iba a ser diferente. Me toca llevar el premio por primera vez a mi país. A partir de ese momento el nombre de México está inscrito en la danza mundial. Fue algo muy bonito: pensé en mi papá que fue mi maestro, en mi familia y en mi país. Espero que no pasen muchos años para que otro joven mexicano logre ese reto”.El bailarín mexicano fue elegido por sus colegas, directores y coreógrafos, los más destacados del mundo de la danza: “Lo agradezco profundamente. Lo platicaba con la directora de la Ópera de Roma, Eleonora Abbagnato, que también lo disfrutó porque una de las nominaciones fue la producción que hice con la compañía”. Isaac fue nominado por sus interpretaciones en “Don Quijote” y “La Sylphide”.—¿Qué necesitamos hacer como país para formar más bailarines de tu talla?—“Creer en las artes. Es fundamental que nosotros como sociedad mexicana creamos en las artes, en su potencial. Pueden cambiar la vida de las personas. Ahora que la gente está curiosa por conocer mi historia espero que reconozcan eso: la herramienta fundamental para mi vida son las artes. Gracias a ello he podido hacer esta historia, tener esta vida. Lo más importante es que las artes nos sensibilizan, es fundamental que los jóvenes se acerquen. Vivimos tiempos difíciles en el mundo en general, hay que volver a apreciar esas cosas intangibles que son parte de nosotros, quiénes somos como seres humanos. Además, el acercamiento artístico genera seres humanos sensibles, con mentes críticas que nos llevan a construir un mejor futuro”.Con 28 años, y habiendo bailado en los escenarios más importantes del mundo y con el premio, el bailarín se halla en el pináculo de su carrera, un sitio que disfruta: “Ahora creo que está en el momento donde más cambia función a función. Físicamente me encuentro muy bien, tengo ya varios años de experiencia como bailarín principal, he bailado casi todo el repertorio clásico. Ahora lo revisito, en montajes como el de ‘La bella durmiente’ o el ‘Lago de los cisnes’. Busco diferentes versiones de mí en cada función. Tengo una tranquilidad que antes no sentía. Es una creatividad en el escenario para tomar decisiones en el momento, vivir los papeles. Eso es el verdadero mejor momento de la carrera de un bailarín: cuando se puede vivir cada minuto en el escenario sin preocupaciones de temas técnicos”, comparte.A futuro, los planes del bailarín son muy claros: “Me he dado cuenta de que no soy muy creativo para la coreografía. Prefiero poder crear oportunidades para que las personas con talento y creatividad creen cosas especiales. Me veo más orillado al tema ejecutivo, de producción. Me encanta la producción de eventos. Todavía me quedan unos cuantos años en los escenarios, quiero disfrutarlos y aprovechar las oportunidades como lo he hecho. Por lo pronto tengo mis próximos tres años ya agendados con diferentes compañías, con nuevas producciones, cosas que me emocionan. Es importante en el momento en el que estoy: seguir motivado, en el escenario y emocionándome por lo que hago. La mejor manera de agradecer lo que me ha dado el ballet es dar la mejor versión de mí en el escenario”.La historia de éxito de Isaac comenzó en su casa, y la comparte con su hermano Esteban, también bailarín profesional: “Tuve la fortuna de tener a mis padres como apoyo y la confianza para seguir mis sueños, pero sé que pocos jóvenes en México cuentan con ese apoyo. Es primordial cambiarlo: si cambia podremos ver que es importante crear plataformas con continuidad, proyectos culturales que no sean sexenales. La continuidad es lo que crea un futuro consistente. Es un proceso, pero no dejo de recalcarlo: no se puede ignorar este tema, la cultura ha estado en un segundo plano por mucho tiempo”.Al respecto insiste que “Una formación artística temprana es de valor, independientemente, si nos dedicamos o no a las artes: Si una persona decide o no puede tener una carrera profesional se queda con cosas primordiales para tener una vida con estructura y con provecho. Somos conscientes de la importancia de la disciplina, nos vuelve creativos, sensibles. Crea los valores de la disciplina, además del compañerismo”.El próximo 25 de agosto Isaac Hernández presentará su gala “Despertares” en el Auditorio Nacional, en la Ciudad de México. Desde su creación, Isaac ha gestionado para “Despertares” programas especiales y únicos al antologar piezas que difícilmente llegarían a un escenario mexicano. Igualmente invita a sus colegas, los mejores bailarines de múltiples compañías alrededor del mundo: “Trato de traer cosas que sólo se han visto en los escenarios de la compañía donde se hizo. Es algo difícil de lograr: las coreografías a veces se crean con derechos reservados por cinco años, o no permiten hacer fragmentos. He recibido el apoyo de los directores de las mejores compañías para poder ofrecer esas piezas al público mexicano. Es una fortuna”. Entre las piezas que se verán está una donde baila su hermano, Esteban, coreografía de Justin Peck (coreógrafo residente del New York City Ballet). Además, Isaac bailará una de las piezas por las que ganó el Premio Benois de la Danza.