¿Qué tan reales y fidedignos son los recuerdos? ¿La memoria se mantiene intacta o cambia con el transcurrir de los días? Son preguntas que se encuentran en la mente de Inés Somellera, creadora escénica y escritora que, en su regreso a México, estrenará uno de sus proyectos más evocadores, pasionales y multifacéticos: “Xalisco, a place”.Retomando aquellas experiencias y sensaciones que la han marcado, Inés brinda un planteamiento reflexivo sobre la memoria y el impacto en el individuo, de la identidad y el sentido de pertenencia que un recuerdo puede provocar desde un amanecer, la arena, el color de una rosa o el correr del viento, y que tendrán al Festival Cervantino, de Guanajuato, y al Conjunto Santander de Artes Escénicas, en la metrópoli tapatía, como sus escenarios iniciales.A través de “Xalisco, a place”, Inés Somellera llevará al espectador a un vaivén de emociones, de encuentros sentimentales, contemplativos y de confrontación sobre lo que uno cree ser o fue, de esos recuerdos personajes y aquellos lugares de su tierra natal que le han sembrado memoria y que ha extrañado en los más de 20 años de vivir en Asia y Nueva York.“‘Xalisco, a place’ es un poema dedicado a la memoria, a mis recuerdos de infancia, es imaginación y creatividad inspirada en Jalisco, en sus espacios abiertos. Los recuerdos y la memoria van cambiando con el tiempo. Hago este proyecto para recordarme y compartir lo que para mí es Xalisco”, anota Somellera.Inés señala que la inquietud por explorar la memoria tiene su origen desde hace dos años en un festival de literatura en Indonesia, en un primer performance inspirado en los grandes autores de América Latina como Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Juan Rulfo y Carlos Fuentes, por ejemplo, y que la motivaron a llevar su imaginación desde otra perspectiva al escenario.“Es un perfomance porque no es una obra de teatro lineal, aquí utilizo danza, teatro, poesía, música y luz para contar mi historia. El personaje principal de ‘Xalisco, a place’ es el mismo lugar en sí, que metafóricamente hablando es donde surgen otros personajes basados en el realismo mágico que existieron en ese lugar”.Aunque parte de las bases de “Xalisco, a place” radican en la memoria de Inés Somellera, los elementos universales que refleja de su patria, de lo que ella percibe de Jalisco, es un factor que logra una cercanía inmediata con quienes poco a poco han ido conociendo la esencia de este perfomance abierto a nutrirse de más recuerdos en futuras presentaciones.“Pienso en lo curiosa que es la memoria, en lo que decide recordar, porque hay cosas muy simbólicas e importantes a las que sí le damos ese peso, pero hay otros aspectos, que yo en lo personal, recuerdo y no entiendo porque tienen cierto valor o por qué están en mi memoria. Pienso en si lo que recuerdo es fiel cómo fue y eso es el atractivo de ‘Xalisco’, es algo abierto que el público lo completa, como a los poemas les puedes dar la interpretación que quieras”.Otro elemento base para la creación de este evocativo proyecto es el origen de “Xalisco”, es retomar la escritura náhuatl con la letra “X” en el nombre del Estado, de las raíces y memoria del lugar.“Quería ir al origen, del alma, de lo más cercano a tu esencial, lo que te toca. Xalisco es mi raíz, soy de este lugar. Es interesante que hay bastantes interpretaciones de Xalisco, es como un espacio entre dos arenas, parte del paisaje que veremos son las playas de Sayula, montañas y planicies. Parte de mi vida adulta ha sido en el extranjero, 15 años viviendo en Asia y cinco más en Nueva York, y mis grandes recuerdos y mi anhelo es el espacio abierto, la amplitud, de esa sensación de libertad”.“Xalisco, a place”, de Inés Somellera, el 15 y 16 de octubre en el Conjunto Santander de Artes Escénicas.