La escritora e investigadora Sara Sefchovich presentó en la edición 34 de la FIL su reciente novela “Demasiado odio” editada por Océano. Desde un conversatorio virtual la acompañaron los lectores y profesionales del universo literario, Paola Carola y Lewis Rimá, así como Pablo Martínez de Grupo Océano.Después de muchos años, la autora retoma la ficción desde su personaja –como ella la llama– “Beatriz”, a quien el público conoció en la anterior novela “Demasiado amor”. “La FIL es el lugar de bautizo de mis libros desde hace muchos años”, externó Sara al inicio de la charla.Recordó Pablo que este es el quinto libro que publica Sara con Océano, los anteriores cuatro fueron ensayos. “Demasiado odio” no es precisamente una secuela, es una novela independiente por sí misma en la que “Beatriz” se encuentra con un México muy distinto al que conoció, más que por los años que han pasado, es por la violencia tan normalizada con la que se vive. “Cambió mucho la personaja, la historia y la manera de relacionarse de los personajes entre sí, no solo por el tiempo transcurrido, también por los grandes cambios en el mundo, los cambios que están viviendo los jóvenes hoy”, dijo Sara y reiteró con respecto a la construcción de su historia, “lo único que hago es perseguir a mis personajes, yo no decido a dónde van, ni qué es lo que piensan”.Sara remarcó que como sucede en su historia, en la vida cotidiana no hay ni buenos ni malos, todos pueden estar en una vía u otra de acuerdo a las circunstancias y los momentos de su vida y eso pasa con “Beatriz” y “Poncho”, sus personajes centrales.Señaló que ella se resistía a continuar con la historia de su personaja, pero fue propiamente ella la que la instó a regresar, además de su editor, “acabé aceptando y los dos últimos años me dedique a seguirlos (a los personajes), yo misma me sorprendí de lo que iba pasando”.Para construir esta novela, el lenguaje fue un reto. “Las novelas sobre violencia, todas tienen un lenguaje violento, pero yo no quería eso, pero sí ritmo e intensidad, que no te dejara respirar, pero que al mismo tiempo te detengas a pensar qué está pasando. Para mí, el lenguaje fue el verdadero reto, el que se salía de una forma tradicional de escribir”.Confesó que este libro tiene su visión de narradora y no de socióloga e investigadora, que aunque son facetas que son parte de ella, no tienen nada que ver en la manera en la que sus personajes le dictaron el rumbo de la historia.JM