La más reciente novela del escritor mexicano Erick de Kerpel, “El tatuaje invisible” (Suma de Letras, 2023), es una historia que explora la violencia y la crudeza humanas, así como la tensión constante entre el bien y el mal que refleja el dolor a que nos somete cada evento sorpresivo de la existencia y las variadas consecuencias sobre nuestra vida y la de otros.Así, esta novela es un thriller de persecución, crimen e impunidad que muestra las cicatrices visibles e invisibles de nuestra sociedad, a través de lo que sucede con Emma y Samuel, quienes tras entrar a un estudio de tatuajes en Tlatelolco verán sus vidas transformadas de ahí en adelante y, además, enfrentarán distintas formas de violencia, las marcas de la ira y el dolor, el crudo retrato de lo que podemos llegar a ser.Ahora, en entrevista con El Informador, Erick de Kerpel refiere que quiso hacer “una novela que hablara del mal y de la tragedia, de lo vulnerables que somos a enfrentar un acontecimiento que mande nuestra vida al carajo. Esto, a través de la perspectiva de los tatuajes, un tema que me apasiona y encanta, porque creo que tiene mucha mística detrás; siempre platico con tatuadores y con esta recopilación de información me pareció que ya podía conjugar esto con la historia”.Así, el autor de “El tatuaje invisible” establece que “la historia llegó después; pero mi interés central estaba en preguntarme por esa chispa que indica el momento en que somos capaces de hacer daño a alguien más. Y eso puede derivarse de una mala decisión o una desventura pasional, un enojo ante algo fortuito. Los temas se juntaron, pero todo se desarrolló sobre la marcha”. En palabras del narrador, “se dice que hay dos tipos de escritores: los que escriben con brújula y los que utilizan un mapa; los segundos saben a dónde llegar y, los primeros, sabemos hacia dónde vamos pero ignoramos el destino final”.De acuerdo con lo anterior, De Kerpel afirma que “desde el principio desarrollé a los personajes y sus historias de vida (cómo hablaban, cuáles eran sus pasiones); quise centrar todo en tres fundamentales: Emma, Samuel y El H, el antagonista. Asimismo, explorar el recurso de contar un evento desde tres puntos de vista, lo que hizo que resultara interesante tras partir de una anécdota aparentemente banal”.La estructura, entonces, favorece la continuidad de las acciones, algo que el autor dice “fui cuidando mucho; además, creo tengo mucha influencia no sólo de la literatura popular sino del cine y las series televisivas, lo que se refleja en lo que escribo, porque busco que el lector se enganche y lea sin parar”.Otra de sus preocupaciones fue, detalla el escritor, “no crear personajes que fueran completamente buenos o malos, sino más bien normales y con matices, que fueran las circunstancias fueran las que determinaran su actuar; incluso El H, cargado de rencor social y dolor, en el exterior parecería incluso simplón, no da la impresión de ser maquiavélico, pero va un día al trabajo y se cuza con una chica que se le volverá una obsesión (y, sin embargo, nunca está seguro de lo que quiere hacer)”.Finalmente, el proceso de escritura del libro tomó a De Kerpel “unos dos años, y luego la pandemia retrasó el proceso de entrega a la editorial, pero favoreció la revisión y las correcciones; pero hubo muchos detalles que me gustan, en especial la delgada línea que divide la posibilidad de convertirnos en víctima o victimario”.Nace y crece en una época en que tatuarse era “cosa de presidiarios”. Especialista en novela negra, misterio y thriller, esta es su tercera obra después de “Guitarra jaguar” (2018) y “Bungalow 77” (2015). Actualmente, cursa una maestría en Letras en la Universidad de Salamanca. Tiene varios proyectos literarios en puerta y algunos tatuajes.FS