Juan Rulfo, una figura esencial en la literatura mexicana, inmortalizó su nombre con la publicación de "Pedro Páramo" en 1955. Esta obra, impregnada de realismo mágico, nos transporta a Comala, un lugar donde vivos y muertos comparten el mismo espacio, envueltos en un ambiente de misterio y desolación. Pero ¿es Comala un lugar real o una creación simbólica de la mente de Rulfo? Nacido y criado en Jalisco, Rulfo tomó inspiración de su entorno para construir los escenarios de su obra. La geografía árida, el calor sofocante y la vida rural de la región aparecen de manera constante en sus escritos. Aunque Comala podría simbolizar cualquier pueblo de la región, los estudiosos han identificado conexiones con lugares específicos que marcaron la vida del autor. Una de las principales interrogantes es si el Comala de la novela se inspira en el municipio homónimo en Colima o en algún pueblo de Jalisco. San Gabriel, localidad jalisciense donde Rulfo pasó su infancia, desempeña un papel crucial en este debate. Curiosamente, este pueblo fue renombrado como Comala durante un tiempo, lo que sugiere que podría ser la verdadera fuente de inspiración. Por otro lado, el Comala de Colima, reconocido como un Pueblo Mágico de México, también guarda semejanzas con el ambiente descrito en la novela: tierras cálidas, paisajes amplios y un clima que parece detener el tiempo. Sin embargo, su atmósfera carece de la oscuridad y el tono lúgubre que caracterizan al Comala literario. Para muchos expertos, San Gabriel, con su clima seco y su ambiente desolador, refleja mejor la visión de Rulfo. Este lugar fue testigo de eventos trágicos en su vida, como la muerte de su padre, marcando profundamente su percepción del mundo y el tono melancólico de sus relatos. Las vivencias de Rulfo en esta tierra parecen haber dado forma a la sombría y mística Comala que conocemos en “Pedro Páramo”. Más allá de su posible inspiración en lugares reales, Comala es un espacio cargado de simbolismo. En “Pedro Páramo”, el pueblo es una extensión de los conflictos internos de los personajes, un lugar donde la vida y la muerte convergen en una perpetua sensación de abandono y arrepentimiento. Cada figura que “Juan Preciado”, el protagonista, encuentra en su camino parece atrapada en un estado de transición entre la vida y la muerte. Este Comala literario no es un espacio físico, sino una representación de las emociones, los miedos y los deseos insatisfechos de sus habitantes. Aunque Comala no pueda localizarse con precisión en el mapa, su impacto en la cultura mexicana es innegable. “Pedro Páramo” ha dejado una marca imborrable en el cine, el teatro y la literatura, representando la esencia de los pueblos rurales donde la realidad y el mito se entrelazan. Hoy en día, tanto Colima como Jalisco reciben visitantes que buscan rastros del Comala de Rulfo, conscientes de que este no es un lugar tangible, sino una creación que trasciende lo físico. Para muchos, Comala sigue siendo un espejo del México profundo, una reflexión sobre la vida, la muerte y el peso del pasado en las comunidades rurales. EE