Jalisco

Arquitectura neogótica para purificar los pecados

Conoce la historia del Templo Expiatorio del Santísimo Sacramento

Uno de los recintos más importantes en Guadalajara por su culto religioso, su valor estético y porque genera la apropiación del espacio público, es el Templo Expiatorio del Santísimo Sacramento (C. Manuel López Cotilla 935, en la colonia Americana), el cual está ubicado cerca del parque Rojo, Rectoría y el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (MUSA).

Este inmueble tiene una historia peculiar, y Erick González Rizo, profesor de la maestría en Arquitectura del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), ahonda para EL INFORMADOR, sobre el pasado de este proyecto arquitectónico. “El Expiatorio es muy conocido como icono arquitectónico de Guadalajara”, refiere, y también acota que se llama así porque el templo está dedicado a la expiación de los pecados a imitación de los templos y santuarios religiosos de la Edad Media en Europa, “por eso en este Expiatorio la imagen principal que expone es la del Santísimo, porque se busca la expiación de los pecados a través de la comunión con Cristo. Por eso es que también cuando se construye, se hace a las afueras de la ciudad, en ese entonces a finales del siglo XIX, y por eso también la elección del estilo, el cual es neogótico”. Subraya que en la Edad Media en Europa los santuarios religiosos estaban alejados de los centros urbanos y con el paso de los años alrededor de ellos también se extendía la urbe. “Los templos expiatorios fungían como el lugar para el sacrificio, hacer las penitencias, la procesión y las mandas”.

Hacia 1897 se decidió erigir el templo en esta zona de Guadalajara, “pero realmente se va a concluir hasta muy entrado el siglo XX, en 1972. Es uno de los templos más nuevos en el Centro Histórico de Guadalajara, pero por su estilo historicista, es decir que es una copia del gótico, pues se ve mucho más antiguo, pero en realidad es muy reciente”.

En su fachada destacan dos torres gemelas de 65 metros de altura. EL INFORMADOR/Archivo
La explanada es un diseño de Díaz Morales. EL INFORMADOR/Archvo

Pero, ¿qué pasó durante todos estos años antes de que pudiera ser culminado el templo? “Usualmente la mayoría de los templos no entran en funciones hasta que estén cubiertas las bóvedas por el tema del culto. En el caso del Expiatorio, durante todo lo que fue la última década del Porfiriato no estuvo en funciones, y también tuvieron que pasar la Revolución y la Cristiada para que se retomaran las obras, como sucedió con muchas obras religiosas en el país, como la catedral inconclusa de Zamora, que ahora es un santuario guadalupano o como el templo de Arandas, donde se quedan abandonadas las obras hasta que se estabilice el tema político”.

Por varias décadas sólo estuvo la cimentación y posteriormente se comenzó a trabajar en la base; incluso, se tuvieron que tirar unas columnas para reiniciar la obra y hasta los años 40 o 50 se comenzó a tener más uso el edificio. Recuerda el profesor que el diseño del inmueble fue del arquitecto italiano Adamo Boari, “él vivió en México un tiempo, a finales del Porfiriato y fue muy conocido en especial en la Ciudad de México, porque él es el diseñador y constructor del Palacio de Bellas Artes y el Palacio de Correos. Y acá en Jalisco va a tener obra, pero no la supervisa, es decir, hará los planos y los diseños, pero los va a mandar, que es el caso del Expiatorio, él hizo el diseño de la obra basado en la catedral de Orvieto, en Italia, y esa base será con la que se va a trabajar, pero él no va a estar a cargo de manera directa, sino maestros de obras residentes en Guadalajara”.

Pero décadas después quien retoma la obra es el arquitecto Ignacio Díaz Morales, quien es más conocido por ser fundador de la Facultad de Arquitectura de la UdeG. “Él hará un rediseño de detalles estructurales y estéticos  de la obra. Por ejemplo, su aporte será la construcción del chapitel con un estilo más inspirado en el gótico francés”.

El edificio cuenta con una nave central de 30 metros de ancho por 54 metros de largo, con pilares compuestos, arcos apuntados y bóvedas de crucería. EL INFORMADOR/Archivo

Entre el gótico y el neogótico

A nivel arquitectónico, refiere el profesor que el edificio es muy relevante porque es el mejor ejemplo de gótico y neogótico en Jalisco, “y le seguirán el templo de San José Obrero en Arandas y el templo del Padre Galván en El Retiro. Además, una de las características más importantes del Expiatorio es que es gótico italiano, es decir, no es el clásico francés que es donde se inicia este estilo. Entonces, el gótico italiano tiene otras características, por ejemplo, tiende menos a la verticalidad que el francés “y suele utilizar mucho la planta de tres naves basilical y también algunos detalles ornamentales que combinan ya elementos como mosaicos y demás que son de características bizantinas”.

El gótico original se desarrolla con piedra, madera y hierro. “En el neogótico que es más reciente, sí suele haber a veces la combinación de materiales más modernos. En el caso del neogótico que es el estilo del Expiatorio, se buscó respetar los sistemas constructivos medievales, era una de las aspiraciones del arquitecto Díaz Morales. Entonces, básicamente el edificio es piedra sobre piedra, tiene muy poco de sistemas modernos constructivos de vigas y cosas así”. 

Este edificio fue un proyecto de la Arquidiócesis de Guadalajara, “tendrá donaciones particulares como muchas obras religiosas, pero no hay participación directa del gobierno”.

Entre otras características que tiene el Expiatorio está su sección de criptas. Su función principal es la exposición del Santísimo, además de las misas, pero también es muy popular para que se lleven a cabo ahí bodas y bautizos.

En 1969 se instaló un carrillón de 25 campanas que tocan una colección de obras musicales, acompañadas de una peregrinación de varios santos. EL INFORMADOR/Archivo

¡Todos a bailar y a pasear!

En los alrededores del Templo Expiatorio se genera comercio y comunidad, además de turismo. 

“Es un punto muy importante en Guadalajara, en especial para el turista nacional, porque la mayoría de los visitantes extranjeros visitan más el Cabañas o el MUSA.

En el caso del Expiatorio el turismo es nacional y local, a la misma gente de la ciudad que le gusta el espacio, en especial los domingos acude a visitarlo”. 

La explanada también es un diseño de Díaz Morales. “Entonces, este espacio también genera la facilidad de que la gente conviva, de que vaya a misa y que consuma algo en los comercios”. 

Además, el tema del reloj del recinto llama mucho la atención de los visitantes.

“También se dan eventos culturales con el ballet folclórico o se puede bailar danzón y eso atrae mucho a las personas”.

Síguenos en

Temas

Sigue navegando