Plaza del Sol, detonante de la innovación
Rodolfo González fue un relacionista público de Plaza del Sol y nos comparte cómo este centro comercial marcó un hito por su arquitectura, propuesta y visión a futuro
Potencializar otro punto comercial fuera del Centro Histórico de Guadalajara parecía algo imposible en la década de los años 60, sin embargo, la visión y confianza de empresarios y Gobierno hacia el crecimiento de lo que sería la metrópoli tapatía, fue un reto que dio por resultado a Plaza del Sol, el centro comercial que marcó hito y tendencia en toda América Latina.
La unión de esfuerzos y el objetivo claro de ofrecer un espacio también de esparcimiento a la sociedad jalisciense, permitió que hace 50 años Guadalajara se posicionara como una de las ciudades dispuestas a la innovación comercial y arquitectónica que hoy representa un ícono de encuentro familiar y servicios de primer nivel. Rodolfo González formó parte del equipo de relaciones públicas que fue testigo de la consagración inmediata que logró Plaza del Sol tras su apertura en 1969.
Rodolfo González puntualiza que la creación de Plaza del Sol nació en un contexto complejo para México, una década que estaría marcada en lo político y económico con panoramas que no alentaban a emprender inversiones y proyectos de gran magnitud, pero que al mismo tiempo brindaba la esperanza de que Guadalajara se encaminara a ser una ciudad atractiva por su apertura y crecimiento empresarial.
“Los años 60 fueron los tiempos más increíblemente difíciles a nivel mundial, nacional y local. Eran tiempos en los que nadie apostaba por el crecimiento de un país como el nuestro, en el que los sucesos como del Movimiento de 1968 enrarecían el ambiente. Guadalajara apenas había logrado una especie de mayoría de edad porque en 1964 fue cuando llegó a su primer millón de habitantes. Nos convertimos en una ciudad que ya era millonaria por sus habitantes, eso cambió muchas mentalidades”.
Añade que si bien en aquellos años el tránsito vehicular no era algo que complicara a la ciudad, la ubicación de Plaza del Sol entre las avenidas López Mateos y Mariano Otero, en el municipio de Zapopan, daba la impresión de que el nuevo centro comercial estaba realmente lejos del habitual punto comercial que era el Centro Histórico de Guadalajara, situación que lejos de ser un factor negativo que alejara a los tapatíos, fue el detonante de la plusvalía y nacimiento de servicios y espacios que dieron otro rostro vanguardista a la entonces naciente metrópoli, bajo el apoyo y visión también de Enrique Varela, quien fuera entonces director en la Cámara de Comercio.
“Entorno a Plaza del Sol no había un proceso de urbanización, todo el mundo decía que estaba lejísimos. En esa época, algo que hoy es impensable, todos acostumbrábamos a decir que en 10 minutos llegabas a cualquier lado, era algo real, todo estaba tan cerca y no había problemas de tráfico, pero incluso así Plaza del Sol se sentía muy lejana, mucho más lejana que el Mercado de Abastos”.
Ante las pequeñas pizcas de incertidumbre sobre la supuesta lejanía de Plaza del Sol, los comerciantes no dudaron en apostar por el proyecto y comenzar el traslado o expansión de sus servicios.
“Un factor muy importante fue el entonces gobernador de Jalisco, Francisco Medina Ascencio, fue quien inició el anillo Periférico, ya pensaba en que tenían que haber avenidas tipo radial que llegaran al Periférico y entre esas pensó en Mariano Otero y la construyó. Eso fue un factor definitivo para el crecimiento de la zona, especialmente en el proyecto de Plaza del Sol. Realmente se construyó el entorno y su infraestructura”.
Consagración inmediata
Rodolfo González recuerda que pese a que las expectativas estaban en lo más alto, algunos comerciantes sabían que realmente era “un volado” que Plaza del Sol lograra el éxito que tanto se visualizaba al ser pionera en su tipo tan solo en México.
“Nadie aseguraba que Plaza del Sol tuviera éxito a pesar de la inversión que representó en ese momento. Nuestro centro comercial era el Centro de Guadalajara, pero los principales comerciantes de ahí son los que se fueron a Plaza del Sol. Por eso para ellos representó un reto, fue un cambio de mentalidad. Desde un principio pensaron hacer de Plaza del Sol no solo un centro comercial, sino también un centro de esparcimiento familiar”.
Si algo ha perdurado en Plaza del Sol es justo la apertura que siempre ha brindado a sus visitantes, que más allá de ir por un producto o servicio en específico, tomaron a este recinto como un punto de reunión y relajación en sus distintas áreas que, desde entonces, han permitido disfrutar de una estancia agradable a cualquier hora del día mientras se degusta de algún postre en sus áreas de descanso.
“Eso sigue pasando hasta nuestros días. No creo que exista, de entre todas las plazas, una que tenga un corte de tanto perfil popular, sin distinción de clases, como lo es Plaza del Sol. Si ves un plano aéreo de Plaza del Sol, verás que a su alrededor era puro terreno baldío, ahora ves eso y es otra ciudad completamente diferente. Se sumaron muchos elementos para que Plaza del Sol fuera un éxito”.