Israel bombardea 300 objetivos en Líbano; EU urge a poner fin a la guerra
El Ejército israelí atacó a 30 locales del brazo financiero de Hezbolá, en Beirut
Israel bombardeó ayer el suburbio Sur de Beirut y anunció que tocó 300 objetivos de Hezbolá en Líbano, en una guerra sin cuartel a la cual Estados Unidos (EU) instó a poner fin “lo antes posible”.
Asimismo, el Ejército israelí informó que Hezbolá disparó ayer 170 proyectiles desde Líbano hacia Israel, mientras que la milicia libanesa proiraní dijo haber atacado una base israelí de inteligencia cerca de Tel Aviv.
Al respecto, la agencia de noticias oficial libanesa (Ani) reportó 13 bombardeos en los suburbios del Sur de Beirut ayer por la noche después de que el Ejército instaurara a los residentes de varios distritos a evacuar las zonas.
Rescatistas vinculados a Hezbolá indicaron a una agencia de noticias que al menos tres personas murieron en el barrio de Ouzai y que estaban buscando supervivientes. “No dejó margen para que la gente pudiera escapar. El ataque se produjo poco después de la advertencia”, declaró uno de ellos. Otras cuatro personas, entre ellas un niño, murieron en otro bombardeo cerca del mayor hospital público de Líbano, indicó el Ministerio de Salud libanés.
Esta fuente había reportado anteriormente seis muertos, incluido otro niño, en la ciudad de Baalbek, en el Este del país, además de cuatro rescatistas muertos en las últimas 24 horas en el Sur en bombardeos israelíes.
Nueva gira de Blinken
En una visita a Beirut, el enviado estadounidense Amos Hochstein afirmó que Washington trabaja para poner fin “lo antes posible” al conflicto entre Israel y Hezbolá. Hochstein aseguró que la resolución 1701 de la ONU, que puso fin en 2006 a la guerra entre Israel y Hezbolá, debería ser la base para un nuevo alto el fuego, pero que ninguna de las partes “hizo nada para implementarla”.
Según la resolución 1701, sólo el Ejército libanés y la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU, la Finul, pueden desplegarse en las zonas al Sur del río libanés Litani, cerca de la frontera israelí.
A pesar de esa resolución, Hezbolá sigue presente en el Sur de Líbano, e Israel —en paralelo a su guerra contra el movimiento palestino Hamás en la Franja de Gaza— lanzó una ofensiva terrestre el 30 de septiembre, una semana después de iniciar bombardeos masivos contra la formación libanesa.
En este contexto, el secretario de Estado de Estados Unidos, AntonyBlinken, iniciará hoy una nueva gira en Medio Oriente para intentar reimpulsar las negociaciones para un alto el fuego en Gaza y contener una escalada regional, después de que Israel prometiera responder a un ataque de Irán con misiles contra su territorio el 1 de octubre.
Blinken partió ayer rumbo a Israel y visitará Jordania mañana con el objetivo de impulsar un alto el fuego en la Franja de Gaza, tras la muerte del líder de Hamás; también hablará con los jordanos sobre la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
Cabe señalar que en su viaje más reciente a Israel, en agosto, Blinken ya había advertido que las partes estaban ante una “última oportunidad” de alcanzar un alto el fuego bajo la mediación de Catar, Egipto y Estados Unidos. En aquel momento el intento fracasó y desde entonces el conflicto se ha intensificado e incluso se extendió a Líbano contra el grupo islamista proiraní Hezbolá, cercano a Hamás.
Es así que en su nuevo periplo, que durará hasta el viernes, Blinken “conversará sobre la importancia de poner fin a la guerra en Gaza, garantizar la liberación de todos los rehenes y aliviar el sufrimiento del pueblo palestino”, indicó el departamento de Estado.
Blinken también tratará los delicados acuerdos para la posguerra e intentará buscar una “resolución diplomática” para Líbano, donde Washington no ha instalado a un alto el fuego inmediato.
El viaje de Blinken se produce días después de que él y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, advirtieron a Israel que Estados Unidos podría retener parte de sus millas de millones de dólares en ayuda militar si no se permite que entre más ayuda humanitaria en Gaza. Allí, según la ONU, más de 1.8 millones de personas se enfrentan a una “hambruna extrema”.
Agencias
Daños considerables
Entre los ataques que realizó ayer el Ejército israelí, también está el golpe a 30 objetivos relacionados con la organización financiera Al-QardAl-Hassan, vinculada a Hezbolá, a la que Israel acusa de financiar el armamento del grupo y de ser la encargada de pagar los salarios de sus combatientes. Entre esos objetivos había un búnker que contenía “decenas de millones de dólares” en efectivo y oro.
Cabe señalar que esta institución está sancionada por Estados Unidos, que acusa a Hezbolá de utilizarla como tapadera de las actividades financieras del grupo y acceder al sistema financiero internacional.
Sobre este ataque, el portavoz militar Daniel Hagari señaló que uno de los “objetivos prioritarios” de los “bombardeos de precisión” israelíes fue esta “cámara acorazada subterránea que contenía decenas de millones de dólares en efectivo y oro”.
Asimismo, el Ejército aseguró que sus ataques van dirigidos a “degradar” al grupo chií y a impedir que se recomponga, después de un mes de intensos ataques en Líbano que han dejado más de un millar de muertos.
Además de los bombardeos, las tropas israelíes continuaron con su invasión del sur de Líbano, donde ayer localizaron y desmantelaron armamento del grupo chií almacenado junto a la frontera, como lanzacohetes o explosivos, y mataron a varios combatientes “incluidos comandantes” de la milicia, apoyada por Irán.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó los “daños considerables a instalaciones civiles” por estos bombardeos contra Al Qard Al Hasan.
Tras estos ataques, el Ejército israelí reportó que prosiguió sus operaciones terrestres en el Sur de Líbano, con el objetivo de permitir que unos 60 mil israelíes desplazados por los disparos de proyectiles del grupo chiita puedan volver a sus casas.
Al menos mil 489 personas han muerto en Líbano desde el 23 de septiembre, según un recuento basado en datos oficiales. A mediados de octubre, la ONU contabilizó cerca de 700 mil desplazados.
Nicaragua rechaza ser una “base del terrorismo”
Nicaragua rechazó ayer las declaraciones de la embajadora y del cónsul de Israel en Costa Rica, MijalGurAryeh, y AmirRockman, respectivamente, que acusan al Gobierno que preside Daniel Ortega de instalar, junto a Irán, “una base de terrorismo en Centroamérica” en el país.
“En dichas declaraciones los funcionarios de Israel afirman que en Nicaragua existe ahora una base de terrorismo que es utilizada como plataforma para el terrorismo en la región”, reprochó la Misión Permanente de Nicaragua ante las Naciones Unidas en una nota enviada a la oficina del Secretario General de la ONU y leída en Managua por la vicepresidenta del país, Rosario Murillo.
“Al respecto, Nicaragua rechaza tales declaraciones, las cuales tienen el objetivo de desviar la atención del genocidio que está llevando a cabo Israel en los territorios palestinos ocupados, las flagrantes violaciones de derecho internacional humanitario, así como los sistemáticos crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra que son el resultado de una política de terrorismo de Estado”, indicaron las autoridades de Nicaragua. Rosario Murillo también explicó que, “en firme cumplimiento con sus obligaciones internacionales, ha roto relaciones con el Estado de Israel, al igual que ha solicitado su intervención en el caso iniciado por la República de Sudáfrica por violaciones a la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio en la Franja de Gaza”.
Agregó, “está tomando otras acciones legales que contribuyan a detener el genocidio del pueblo palestino y terminar la ocupación ilegal de Israel, tal y como ha sido confirmado por la Corte Internacional de Justicia en sus dos opiniones consultivas”.
Ortega respalda el programa nuclear iraní
Cabe señalar que Ortega es uno de los principales aliados de Irán en Latinoamérica y el 10 de enero de 2012, cuando juró para su tercer mandato y segundo consecutivo de cinco años, respaldó el programa nuclear iraní y pidió a Israel que se “desarme” para evitar un conflicto bélico. En febrero de 2023, los Gobiernos de ambos países firmaron en Managua un memorando sobre cooperación y consultas públicas durante la visita del canciller iraní, Hossein Amir-Abdollahian, en el país centroamericano. Esa fue la segunda visita de un representante del Gobierno iraní en Nicaragua desde enero de 2022, cuando Teherán envió a la ceremonia de la última investidura de Ortega como presidente a Mohsen Rezai, uno de los imputados por la Justicia argentina por el atentado de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de Buenos Aires.
La tercera visita a Managua la hizo el fallecido presidente de Irán, Ebrahim Raisí, a mediados de junio de 2023, cuando resaltó que los nexos con el país centroamericano son estratégicos. Las relaciones entre Irán y Nicaragua son muy estrechas desde que en enero de 2007 retornó al poder Ortega, uno de los principales aliados de Teherán en Latinoamérica.
Los sandinistas —corriente política nicaragüense de izquierda— han roto relaciones con Israel en tres ocasiones: la primera durante su primer Gobierno (1979-1990), y las otras dos en 2010 y ahora en 2024.
“Moriremos de hambre”
Los enfrentamientos en ambos lados de la frontera libanesa comenzaron después del ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre de 2023, que resultó en la muerte de mil 206 personas, en su mayoría civiles, según un recuento basado en cifras oficiales israelíes y que incluye los rehenes que murieron en cautiverio en Gaza.
De las 251 personas secuestradas durante el ataque, 97 permanecen cautivas en Gaza, de las que 34 fueron declaradas muertas por el Ejército.
El ataque desencadenó la guerra en Gaza que ha matado a 42 mil 603 personas, en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud en el territorio dirigido por Hamás, unas cifras que la ONU considera confiables.
El pasado 6 de octubre, Israel lanzó una importante campaña aérea y terrestre en el Norte del territorio palestino con el objetivo, según su ejército, de evitar que los combatientes de Hamás se reagrupen.
Según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la UNRWA, al menos 400 mil personas están atrapadas en el Norte del territorio palestino.
“Si no morimos por los bombardeos y los disparos, moriremos de hambre”, declaró Umm Firas Shamiyah, residente desplazada de 42 años, exigiendo que se envíe ayuda al Norte.
CT