¡Vivienda digna ya!
Cansados de esperar cambios desde los Poderes públicos, se está articulando una movilización social en el país para exigir garantizar el derecho a la vivienda establecido en la Constitución, pero que las condiciones de libre mercado han vuelto inaccesible para las nuevas generaciones.
Bajo la consigna de que la vivienda es un derecho, no una mercancía, decenas de personas, especialmente jóvenes, protestaron el pasado 16 de noviembre en la Ciudad de México, la protesta se llevó a cabo el 30 de noviembre en Guadalajara, y se espera una convocatoria semejante en la ciudad de Monterrey para este fin de semana.
En Guadalajara decenas de manifestantes de organizaciones como Vivienda Ya, Caracol Urbano, Cuerpos Parlantes, Laboratorio Metropolitano, Vecinos Unidos Jardines de la Paz y vecinos del parque Morelos que resistieron la construcción de las Villa Panamericana en su barrio, se manifestaron el miércoles 30 de noviembre en la plazoleta de Ciudad Creativa Digital donde el presidente municipal de Guadalajara presentaba su plan de repoblamiento del Centro Histórico de la ciudad ante empresarios inmobiliarios.
El sentido de la protesta quedó explícito en los mensajes escritos en las decenas de pancartas levantadas por los manifestantes: Vivienda para vivir, no para invertir. Vivienda, ¿derecho o negocio? ¡La vivienda es un derecho, no una inversión! La vivienda es un derecho, no un negocio. La vivienda es un derecho, no una mercancía. El interés público es el límite a la propiedad privada. Fin a la burbuja inmobiliaria. Tumbemos los lofts y construyamos vivienda de interés social. Guadalajara es mi ciudad, no es mercancía para lucrar. Lemus SA de CV. Movimiento inmobiliario.
La protesta fue recibida de mala manera por el presidente de Guadalajara, Pablo Lemus, que la descalificó supuestamente por estar impulsada por regidores de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y por desacreditar a quienes exigen una vivienda digna y accesible al acusarlos de querer una vivienda gratuita o de no trabajar lo suficiente para acceder a una vivienda céntrica. Y ahí reafirmó el sentido excluyente de su supuesto plan de repoblamiento del centro histórico al reafirmar que no habrá vivienda en la zona por debajo de 600 mil pesos.
Y añadió: “Ahora, si lo que dicen es ‘bueno yo quiero que me regalen una vivienda de un millón de pesos’, no bueno, eso está muy fácil. Aquí la cosa es que todo tiene una lógica de que las personas deben de trabajar, aquí no hay nada regalado, eso sí no puede ser. Si lo que quieren algunas personas es ‘a mí dame una vivienda de 300 mil pesos de 200 metros cuadrados en el Centro Histórico, con todos los servicios’, no pues no hay dinero que alcance para eso. La gente tiene que trabajar para ello”, dijo con ironía el alcalde.
Las consecuencias de su mensaje son desastrosas en términos de una política de vivienda no excluyente e igualitaria. El titular del Gobierno de Guadalajara está advirtiendo a los sectores de menores ingresos que ni siquiera piensen en irse a vivir al centro, porque la vivienda que se construirá ahí será para sectores de ingresos medios o altos que pueden pagar una hipoteca de tres o cuatro millones de pesos, y además para un perfil de parejas jóvenes sin hijos que pueden vivir en lofts de 35 metros cuadrados.
Lo que están haciendo el alcalde de Guadalajara y el gobierno del estado es plegarse a los intereses de las empresas inmobiliarias y al puro interés mercantil y utilitario del mercado de la vivienda. Es un mercado regido por el lucro y el máximo rendimiento de sus inversiones que construye vivienda no para que la gente se vaya a vivir ahí dignamente, sino pensadas en construir lofts o departamentos para personas que inviertan en un patrimonio y vivan de sus rentas.
Un ejemplo son los lofs La Paz, que se construyen en esa avenida, entre Enrique Díaz de León y la calle Bélgica por una empresa que sin tapujos vende vivienda para rentar. La empresa de llama: Vivedetusrentas.com.
Esta política de vivienda, mercantil y excluyente, está condenando a las nuevas generaciones a que no puedan acceder al mercado de la vivienda y a quedar excluidos de cumplir este derecho humano a tener un hogar digno. Es un derecho conculcado por la alianza de los partidos gobernantes y las empresas inmobiliarias que se está convirtiendo en uno de los problemas sociales más críticos de nuestra sociedad contemporánea. Pero se está resistiendo contra esta lógica excluyente de mercado y por eso veremos en los próximos meses más protestas y más movilizaciones que exijan “vivienda digna ya”.
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