Villa-nos
El madruguete que nos propinó el lunes pasado el Tribunal de Justicia Administrativa de Jalisco en una especie de “sabadazo decembrino”, al aprovechar la distracción social por el inicio de la semana de Navidad para expedir el certificado de habitabilidad para la Villa Panamericana, pese a la aparente batalla jurídica que aseguraba librar el Ayuntamiento de Zapopan, es por donde se le vea una nueva derrota a la cultura de la legalidad y al desarrollo sustentable de la Ciudad.
Este golpe mortal a una de las zonas más importantes de recargas a los mantos freáticos de la ciudad y para la protección del Bosque La Primavera se veía venir desde que a inicios de su gestión, en agosto de 2019, el gobernador Enrique Alfaro presentó el decreto que convertía a El Bajío en “zona de recuperación ambiental” y dio su aval para que Instituto de Pensiones de Jalisco (Ipejal) recuperara la inversión hecha en las villas permitiendo que la empresa Green Life Capital comercializara el complejo panamericano pese a la negativa de las autoridades de Zapopan a dar los permisos de habitabilidad.
Aunque el entonces alcalde zapopano, Pablo Lemus, celebró el decreto, advirtió que él no daría licencia para que esa edificación que se construyó en un terreno indebido para albergar a los atletas en los Juegos Panamericanos del 2011, tuviera vocación de vivienda, y menos de alta densidad porque se violarían los reglamentos municipales, y lo peor, crearía el antecedente para que otros desarrolladores construyan ahí en detrimento de las recargas acuíferas de la ciudad.
La maniobra final vino en junio pasado, cuando pasadas las elecciones y mientras Lemus seguía con licencia tras ganar la elección en Guadalajara, se intensificó la promoción comercial de las Villas Panamericanas. Al reintegrarse al Ayuntamiento, el presidente saliente pidió a los interesados no comprar una propiedad que no podrían escriturar, sin embargo en julio, la Sala Superior del Tribunal Administrativo confirmó la resolución de la segunda sala que ordenaba a Zapopan la entrega de permisos de habitabilidad para la Villa Panamericana. Al no atender la autoridad municipal esa resolución, el magistrado presidente de esa sala, Laurentino López Villaseñor expidió el lunes el certificado de habitabilidad para consumar la entrega de las Villas pese a todas las ilegalidades cometidas en su construcción.
Porque la Villa Panamericana no sólo se hizo violando los usos de suelo y sin la autorización del entonces alcalde de Zapopan, Héctor Vielma, sino que al no contar con los permisos los bancos negaron los créditos al Grupo Corey, y el gobierno de Emilio González Márquez los financió echando mano indebidamente de los recursos del Instituto de Pensiones (IPEJAL) y del entonces llamado Instituto para la Promoción de la Vivienda (Iprovipe) cuya misión era edificar pies de casa para los jaliscienses más pobres.
Por ello es obligado que el Ayuntamiento de Zapopan, que hoy encabeza Juan José Frangie, combata esta resolución ante la justicia federal y no se quede de brazos cruzados, ya que de lo contrario, toda la supuesta oposición a la habitabilidad de las villas, de él y de Lemus, quedará en pura simulación.
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