Ideas

Una carta reveladora

Todo columnista tiene fuentes inconfesables de donde salen las grandes verdades nunca comprobadas ni comprobables. Gracias a una de esas “juentes” tuve acceso a una carta cuya veracidad es tan dudosa como poco importante. La traducción es mía, por lo que me excuso de antemano si es que hubiese algún error en la interpretación.

Querido Andrés:

Recién recibo tu comunicación respecto a la venta del avión presidencial. Debo decirte que me ganaste, estaba yo a punto de escribirte sobre el mismo tema porque yo ando vendiendo dos, pero asuntos internos de la Casa Banca me impidieron hacerlo antes (te he de confesar que nunca pensé que ser presidente tuviera tantas ataduras. Parece que no entienden que yo soy el presidente y gasto mucho de mi tiempo recordándoles ¡Yo soy el maldito presidente!). En fin, no te aburro con temas burocráticos, solo te deseo que no te suceda lo mismo en caso de ganar la elección. Paso de inmediato a lo que nos ocupa.

Respecto a tu oferta para que compre el avión presidencial debo decirte que esos avioncitos no los usaba ni Obama. El avión que me ofreces, fuera de que es nuevo, es demasiado pequeño para mis necesidades. Cuesta menos que los que tengo ahora, y como comprenderás no voy a bajar de categoría: el presidente de los Estados Unidos debe tener todo más grande que los demás. No es por presumir (¿así dijiste en el debate? me encanta esa fórmula) pero yo acabo de mandar fabricar no uno sino dos Boeing nueve veces más caros que el tuyo y, la neta, nueve veces más chidos.

No quiero hacerte sentir mal. Si me permites una recomendación cómprate otro, siempre es mejor tener dos. Pero si insistes en venderlo puedes encontrar cliente en alguna de esas repúblicas bananeras de medio pelo de Asia o África (por favor que esto último no trascienda porque luego ya vez cómo son de sentiditos y arman broncas diplomáticas como si fueran de verdad.  ¡boñiga de toro!*). Yo les he vendido cualquier cantidad de armamento chatarra. Suerte en tus negociaciones y recuerda: el buen negociador es siempre impredecible. Ahí está mi libro por si tienes dudas.

Sinceramente**

Donald Trump

PS. Por cierto, estuve atento al debate. Tengo una duda y una solicitud. La duda es: ¿Qué fregados traías en ese portafolio que se veía tan pesado ¿andas vendiendo biblias para financiar la campaña? La solicitud en más concreta: Me podrías conseguir el contacto del maquillista de Margarita Zavala, ese rosa mexicano de los cachetes creo que combinaría de maravilla con el naranja de mi pelo.

*Nota del traductor: En este caso he optado por la traducción literal para no generar un problema diplomático.

**Nota del traductor. Este traductor se declara incompetente para saber qué significa la palabra “Sinceramente” en boca de Donald Trump.

(diego.petersen@informador.com.mx)

Temas

Sigue navegando