Tómbola
Con la aprobación ayer de las reformas a las leyes electorales en la Cámara de Diputados, la aplanadora de Morena y aliados continuó a toda prisa su accidentada ruta para votar en junio del próximo año y elegir a jueces y magistrados federales.
Con estas modificaciones a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, se busca dar al Instituto Nacional Electoral (INE) todas las facultades para organizar las primeras elecciones de juzgadores por la vía del voto popular, y cuyas reglas generales deben quedar establecidas en las leyes secundarias de la reforma al Poder Judicial, que heredó Andrés Manuel López Obrador a Claudia Sheinbaum.
El principio de la ejecución de esta controvertida reforma judicial, que ha continuado pese a centenares de amparos que han sido ignorados por la 4T, se dio el sábado con el llamado proceso de insaculación, que no fue otra cosa que una tómbola para elegir al azar las primeras 350 magistraturas de circuito y los primeros 361 juzgados de distrito.
También se elegirán por voto popular los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), magistrados del Tribunal Electoral, y los nuevos magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial, así como magistrados y jueces de los poderes judiciales estatales.
Con la tómbola del sábado, se sentenció el futuro de 711 juzgadores, con lo que se perderá capital humano experto en temas judiciales y a los que se les cortará de tajo su trayectoria profesional en junio del año próximo, sin mayor evaluación que el azar.
Nunca hubo una revisión del historial de cada uno de estos funcionarios judiciales, que por más viciado que haya estado el Consejo de la Judicatura, se hubieran podido encontrar criterios para hacer una verdadera depuración, y salvar a los juzgadores con la mejor reputación y capacidades.
Lo primero que habrá que empezar a revisar, ahora, es cuántos de ellos estarán dispuestos a inscribirse en la competencia electoral para buscar mantenerse en sus puestos, y cuántos más renunciarán a esa posibilidad como muestra de su repudio a esta reforma que borra de un plumazo sus carreras judiciales.
Lo que también habrá que ver y en su caso denunciar, es la inequidad en estas elecciones, debido a que las propuestas que haga el Poder Ejecutivo y el Legislativo, podrían tener mayores recursos, financieros y humanos, para hacer campañas, que los propuestos por el defenestrado Poder Judicial. Sin perder de vista, la intromisión de poderes fácticos, como el narco.
La imposición e improvisación legislativa vista hasta ahora para imponer a como dé lugar esta reforma por parte de Morena y aliados, despiertan cada vez más la certeza de que lejos de querer hacer una auténtica limpia del Poder Judicial, lo único que persiguen es capturar a las instituciones judiciales y subordinarlas al Poder Ejecutivo y Legislativo que controla el oficialismo.
jbarrera4r@gmail.com