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Tiempos negros para los entusiastas

Akio Toyoda, presidente de Toyota y bisnieto del fundador de la empresa, es un entusiasta. No solo le gustan los autos, él disfruta las carreras y llegó a ser piloto de competencia en Nurburgring, donde corrió las 24 horas al mando de un Lexus LF-A y llegó en cuarto lugar en su categoría, bajo el pseudónimo de Morizo Kinoshita. Durante la presentación del nuevo Camry, en abril de 2017, Toyoda fue cuestionado por invertir en un segmento en decadencia y contestó que mientras existiera gente capaz de comprar un Camry, su empresa lo seguiría haciendo. Pero por más que su corazón prefiera un sedán, el mercado se está inclinando muy rápidamente hacia los crossovers. Solo en 2017, las ventas de automóviles en general bajaron nada menos que 11% en Estados Unidos. El futuro luce muy poco prometedor para los vehículos de bajo centro de gravedad.

Para consuelo de Akio Toyoda, el cuarto lugar en ventas en Estados Unidos, justo por debajo de las tres grandes pickups de Ford, Chevrolet y Ram, aún usa el logotipo de la empresa que dirige. Sin embargo ese honor ya no le tocó al Camry como solía pasar, sino a la Rav-4. El recién renovado sedán de Toyota apenas logró la sexta posición, por debajo de la Nissan Rogue, que aquí conocemos como X-Trail. Sí, el futuro de los sedanes medianos no se ve muy brillante. El estadounidense mejor vendido en la categoría, el Ford Fusion, registró ventas 20% menores en 2017 comparadas al año anterior, cuando ya habían caído 11% comparadas a 2015. De hecho, pese a las negativas oficiales, siguen los rumores de que el Fusion podría no tener una siguiente generación, hasta ahora programada para 2020.

La victoria de los baches y topes

O tal vez el nombre Fusion se mantenga pero con otro tipo de carrocería, de la misma manera que pasó con el Mitsubishi Lancer, que dejó de ser un sedán familiar del que se desprendía una magnífica variante deportiva llamada EVO, para volverse un crossover híbrido, que podrá ser todo menos algo excitante para los ojos, las menos y los oídos de los entusiastas que un día manejaron un EVO.

El hecho es que los crossovers están conquistando el planeta. En Europa, tierra devota de los autos rápidos y bien acabados, de tamaño tan reducido como su consumo de combustible, las ventas de los crossover crecieron 4% en 2017, que obviamente ya no fue el aumento de doble dígito anterior, pero sigue poniendo el segmento hacia arriba.
Porque si somos honestos, la gran mayoría de los que compran autos son todo menos entusiastas. Esto fue lo que hizo que Toyota creciera al hacer vehículos confiables aunque no emocionantes. Lo que la gente quiere hoy es una mayor visión del tránsito adelante de sí y una especie de protección contra las imperfecciones naturales del camino, como los baches, o que crecen debido a la mano del hombre, como los topes.

Akio Toyoda pidió, en su discurso de lanzamiento del Camry, que ya no se catalogara como aburridos a los Toyota, ni en manejo ni en diseño. Y si bien es cierto que el nuevo Camry es un buen paso en esa dirección, también es verdad que no será sencillo quitar al aburrimiento de los vehículos cuyo centro de gravedad lo aleja de los baches tanto como de la emoción de conducir. Es una pena, pero el futuro no suena muy prometedor para entusiastas como yo... comprenderé. O como el señor Toyoda.

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