Si no pueden que renuncien
Cultura Jalisco se ha quedado sin su secretaria, Giovana Jaspersen García. Su renuncia se hizo oficial el pasado 27 de enero día en que también celebrábamos el natalicio -265- de l’enfant terrible, el genio Wolfgang Amadeus Mozart. Amadeus, fue justamente un artista vetado, aplastado por las autoridades en turno. No haré un recuento de ello aquí, pero sí diré que en general al artista se le entiende poco y se le trunca demás con altivez cuando éste cuestiona al poder. Esta administración no fue la excepción, no sólo con un artista sino con toda una comunidad a la que no era tan difícil de entender ni de escuchar. La función pública es todo menos sencilla. Administrar lo que nosotros como ciudadanos depositamos en las autoridades es complicado, desgastante, agotador. Esa fue una de las quejas del equipo de trabajo de la todavía secretaria (que deja su cargo a partir del día de mañana) y por el que justificadamente, murmuraba la comunidad, si no puede que renuncie. Jalisco, en materia cultural se empezó a mover -o a asentar- de manera distinta en esta administración. Y es que no fue un cambio para bien. No todos los cambios son para bien.
La Secretaría de Cultura adquirió una precondición durante el primer año de su gestión de incompetencia y soberbia lo que provocó que para el segundo año, en la era COVID, cuando llegó la pandemia, a duras penas pudiera respirar, dejando unas graves secuelas. El tema del recorte, uno de los motivos por los cuales, Jaspersen, dice dejar su cargo es prueba evidente de que a su jefe, el Gobernador del Estado la cultura le ha interesado para tomarse fotos con artistas invitados que -dicho sea de paso- han salido carísimos en términos formativos para escuelas y compañías públicas. Desde que anunciaron que el Festival Cultural de Mayo se haría de forma virtual, el único tweet, que ha hecho referencia a un tema de cultura, ha sido justamente la renuncia de su/nuestra secretaria. Habla pues, de una tremenda desarticulación entre el ejecutivo y la Secretaría. Esta gestión enferma de soberbia e incapacidad para operar (con todo y grandes currículum que avalaban en papel estar preparados para administrar lo público) nos debe el lunes popular, martes de musicales, el miércoles de teatro y literatura y el jueves de la danza, la programación y prestaciones a bailarines, la vuelta al escenario del Coro del Estado de Jalisco, la homologación de sueldos y transparencia de la OFJ (además de programas coherentes con el momento y circunstancia que estamos pasando), exposiciones en todas las salas posibles, ópera y demás manifestaciones que la comunidad tiene que ofrecer.
Susana Chávez Brandon queda encargada de despacho. Tremenda labor tendrá en conciliar lo poco o mucho que dure en el cargo con las condiciones que de antemano conoce ya por haber padecido la vivencia desde el Cabañas, y conocer a su jefe, el Gobernador. Hambre intelectual y artística es la que padece esta comunidad que tiene mucho que ofrecer y a la que para bien, señor Gobernador nos quedan cuatro años de trabajo conjunto. De pocos, muy pocos funcionarios nos recordamos. En realidad, uno se recuerda de los artistas. Pero esta administración será recordada, lástima, por lo destrozada que dejó Jaspersen a toda una comunidad que tiene todo que ofrecer para que incluso, los poderosos, como siempre, se cuelguen la medalla. No importa, para todos hay reflector.
El murmullo generalizado se escuchó hasta el Edificio Arróniz, si no pueden que renuncien. Y se cumplió. Bueno, va pa’ todos.
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