Si es pasión… que se les borre
Se llegó el primer día de la nueva presidenta y con ella -de momento- se esfumaron las esperanzas de un cambio, de ver algunas señales que mostraran que en el futuro desde Palacio Nacional se gobernara de manera diferente a lo que vivimos en los últimos 5 años y 10 meses con el viejo inquilino.
Desde la plancha del Zócalo capitalino, Claudia Sheinbaum dio a conocer sus 100 prioridades de gobierno y -palabras más, palabras menos- “es la misma gata revolcada” con el pliego de promesas, como sucedió con el “anterior” que había prometido al inicio de su administración. “Mantendremos la austeridad republicana, un gobierno sin lujos ni privilegios… apoyaremos la economía popular; no aumentaran los precios de la gasolina, diésel, electricidad, gas doméstico ni de la canasta básica… fortaleceremos el programa de abasto de medicamentos. A mediados del 2025 iniciará el programa de Farmacias para el Bienestar, ubicadas junto a los Bancos del Bienestar, para distribuir medicamentos básicos de manera gratuita a adultos mayores… ”.
Vamos por partes. Sobran los casos para demostrar que aquello de la austeridad republicana fue una falacia; los precios de gasolinas terminaron el sexenio anterior más altos de como estaban en diciembre de 2018 y eso de distribuir medicinas gratuitas a todas las personas mayores es un “sueño guajiro”, cuando hay un desabasto en las necesidades básicas de las instituciones hospitalarias del sector salud. La promesa de que van a instalar “mini farmacias” aledañas a los Bancos del Bienestar, es prácticamente imposible en un alto porcentaje de sus ubicaciones, cuando la realidad de que muchos de esos inmuebles son reducidos en espacio o están “enclavados” en edificaciones donde hay nulas posibilidades de maniobras de expansión.
Ahora bien, si vamos a las acciones de campo, ayer la presidenta en su primer día de actividades fue a Acapulco para “visitar” la zona afectada por las lluvias e inundaciones. Pero Sheinbaum siguió el mismo camino que su antecesor, llegando a la Base Naval del puerto, encerrarse con las autoridades civiles y militares, pero no hizo lo que tanto se le reclamó a su antecesor -a pesar de las siete visitas que hizo-, meterse en las zonas afectadas, observar personalmente la devastación y tener el contacto directo con los acapulqueños.
Por lo menos en el inicio de su administración, lo que era un velo de esperanza que las cosas fueran diferentes, no lo son. Todo -aparentemente- es lo mismo, pero démosle el beneficio de la duda por unos días más para demostrar que “sabe gobernar’ sin prejuicios y sin el “impulso” en el que veníamos. Por lo pronto, en el arranque, si se pensaba que todo iba a ser diferente -como dice el refrán popular-, “si es pasión, que se les borre”.
Usted, ¿qué opina?