Ideas

Recuperar un país

Hay una parte del país que ya perdimos y que es irrecuperable.

El affaire Matamoros exhibió públicamente que hay regiones geográficas, económicas y emocionales de México que ya no nos pertenecen.

Cuatro norteamericanos cruzan la frontera y son atacados por un comando en céntricas calles de la ciudad fronteriza. Ya es habitual que comandos del crimen organizado se paseen a plena luz del día en zonas concurridas de varias ciudades mexicanas.

Los norteamericanos son “levantados”. Ya es habitual que personas relacionadas o no con el mercado de las drogas sean desaparecidas de la vía pública. Son decenas de miles a nivel nacional.

Al darse a conocer el caso, los gobiernos tanto estatal como federal afirman que se trata de una acción de un cártel de drogas, en particular que es el que domina la zona. Reconocen que la zona no la controlan ellos. Ya es habitual que regiones enteras sean dominadas, gobernadas y operadas por el crimen organizado (y por el no tan organizado) con el conocimiento y autorización tácita de autoridades locales y federales. Lo reconocen abiertamente.

Ese es el México que ya no nos pertenece y que ya se ha vuelto habitual.

Habitual, qué fuerte.

Y es irrecuperable. 

Lo ha infiltrado todo.

Ni mis hijos ni mis nietos sabrán lo que es “pueblear” o ir a acampar a la aventura.

Ya es muy complicado abrir un negocio en varias regiones sin reportar a los malandros y pagar derecho de piso.

¿Y qué nos queda?

Nos queda tratar de recuperar nuestro entorno más cercano.

El lugar en el que vivimos aún puede ser un lugar habitable.

Nos toca acercarnos a nuestros familiares y afectivamente estar muy próximos.

Conocer, reconocer y saludar a los vecinos.

Entablar más y mejores relaciones con aquellos con quienes compartimos un negocio o un empleo.

Volver amigable nuestra relación con quienes nos topamos a diario.

Yo sigo creyendo que los buenos somos más, y que aún en ese país que hemos perdido la mayoría de las personas sobrevive con bien a pesar de la presencia, operación y dominio de los malandros.

Seamos solidarios con ellos. No pueden dar por perdida la batalla.

También nosotros vivimos infiltrados de malandros pero aún no es tan grave.

Si afectivamente mejoramos nuestro entorno cercano podemos pintar una raya al mal.

Además es algo científico. Está comprobado que las buenas acciones de las personas buenas son contagiosas, fomentan la bondad y generan energías que mejoran el entorno.

Es Neurociencia.

Si no me cree haga la prueba. 

Intente saludar a todo mundo un solo día. Uno solo. Verá la diferencia.

Definitivamente se cambia el entorno cercano y además se siente uno mucho mejor.

Nosotros le llamamos WiFi Emocional. Y funciona.
 

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