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Dos caras de la misma Corte

La cuenta @VicaPonch fue dada de alta en Twitter apenas en diciembre pasado. No es muy activa -tiene 58 mensajes enviados-, pero el miércoles adquirió una notoriedad con señales de alarma al publicar la fotografía de la presidenta de la Suprema Corte, Norma Lucía Piña, llamándola “el problema”, y una bala, apuntando como “la solución”. Twitter lo retiró de su plataforma por exceder sus normas, pero la nota denota una línea de pensamiento en el régimen que está subiendo en la escala de violencia.

@VicaPonch es una cuenta que podría ser falsa y que haya sido creada para sumarse al equipo de agresores cibernéticos contra todo aquello que disienta del régimen, o que no se hinque en Palacio Nacional. Se unió a la plataforma social en diciembre pasado y tiene 36 seguidores, la mayoría también con un muy bajo número de followers, que cuando tienen contenidos extremistas y con una posición clara, suele ser un indicador que forma parte de un bloque de cuentas al servicio de alguien, que se usan para denostar.

No obstante, también puede ser una cuenta real de un simpatizante espontáneo que ha comprado la propaganda diseminada desde Palacio Nacional contra el Poder Judicial y en particular, en los últimos días, la ministra Piña. Los ataques del Presidente parece que sí han hecho mella en el Poder Judicial, de acuerdo con la encuesta de El Financiero publicada ayer, que mostró una caída en la confianza de 5 puntos de enero a febrero.

Pero en realidad, no se sabe si la caída en la confianza de la Corte tiene que ver con el impacto de las palabras del Presidente contra el Poder Judicial, o si es reflejo de un descrédito porque sigue en el máximo tribunal la ministra Yasmín Esquivel, que se aferra a la silla pese a que cada vez se dan a conocer más pruebas de que podría ser una plagiaria consuetudinaria, al menos de tesis.

La encuesta alcanzó a registrar la opinión ciudadana por el amparo que obtuvo para bloquear el trabajo del Comité de Ética de la UNAM que opinará - no sancionará- si la ministra Esquivel plagió su tesis, y poner una mordaza a las autoridades universitarias para no hablar ni hacer nada sobre el tema, y probablemente también recogió el sentir tras la investigación del diario madrileño El País el viernes de la semana pasada, que documentó de manera contundente que plagió su tesis de doctorado en la Universidad Anáhuac. Ayer, el mismo periódico añadió una perla más a las presuntas trapacerías de la ministra al revelar que la Universidad Complutense dijo que Esquivel no es doctora por esa institución y caerle en otra mentira, porque en el currículum que presentó en el Senado en su evaluación para la Corte, dijo que el doctorado en la Anáhuac era en “coordinación” con la institución española.

El presunto plagio de tesis fue un escándalo de que el escritor Guillermo Sheridan lo reveló en diciembre, y cada vez aumenta más porque cada vez aparecen más pruebas documentales de irregularidades y falsedades en sus estudios. El repudio de la ministra, por lo que se considera una falta de ética al no haberse separado del cargo mientras concluía la investigación en la UNAM, ha calado en la sociedad. 

Pero ¿fue el caso del plagio lo que tiró la confianza de la Corte de manera tan severa?, o fue consecuencia del impacto que han tenido los ataques del Presidente contra el Poder Judicial. En cualquier caso, este espiral de percepciones negativas no van a parar.

El miércoles, el Presidente criticó fuertemente al Poder Judicial y enfocó en la ministra Piña, al señalar que desde que llegó a la presidencia de la Corte en los primeros días de enero, se desató una serie de fallos de jueces a favor de presuntos delincuentes. Y ayer añadió otra piedra al costal de la Corte, al afirmar que “es indudable que existe mucha corrupción en el Poder Judicial”. La generalización daña, y cuando se habla sin contexto o matices, la información que recibe la gente es parcial. En este caso, la pregunta sería porqué está presentando sus casos tan mal armados la Fiscalía General de la República, para que todo lo que persigue, no lo concrete en tribunales.

Las embestidas al Poder Judicial desde el poder seguirán disparando sus balas retóricas contra los ministros y aquellos jueces que resuelvan casos que no son del agrado del Gobierno, que seguirán construyendo imágenes y percepciones negativas contra ellos, y excesos como los de la violencia de @VicaPonch, donde no se sabe en qué momento esa línea de pensamiento se traduce a acciones físicas. Tampoco se detendrá el deterioro en la Corte por la actitud de la ministra Esquivel, al no entenderse que no tiene ninguna provisión para poder separarla del cargo y ver cómo ella se niega a renunciar a costa de todo, incluso de la fama pública que dice que es la que quiere defender.

Son dos caras en el corazón de la Suprema Corte, que en los últimos años ha adquirido de manera inopinada un alto protagonismo, que no la hace más fuerte, sino más vulnerable.

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