Ideas

No entienden nada

Hace unos días se anunció la reunión que sostendrán el Presidente López Obrador y el Presidente Biden. Entre los temas que presentará López Obrador están la “integración” del continente Americano y la “migración”. Muchas personas han expuesto que el Presidente debería “exigir” al presidente Biden, más visas para migrantes, programas de apoyos para el Sur de México y Centroamérica y, menos restricciones en las fronteras. Dicho así, parece todo muy fácil.

En México, desde los tiempos del PRI (y sigue en la actualidad), muchos asumen que es posible que el presidente de Estados Unidos, con su dedito, haga y deshaga en el país, aprobando o cancelando proyectos, cambios en política migratoria, política exterior, salud, etc. Tengo la pena de comunicarles, que ni siquiera los liderazgos más radicales como Trump, lograron esto. Aunque muchos no lo crean, sigue existiendo un sistema de pesos y contrapesos que, a lo largo de la historia, se cree es el motivo de su estabilidad económica y democrática.

No solo el presidente no tiene “híper poderes” como vemos en otros países de América Latina, ya no digamos países como Cuba, Nicaragua, Venezuela, sino que además los diputados no responden al presidente. En EU, existe una división de poderes a nivel de Estado y, un sistema de rendición de cuentas entre los congresistas y la población del distrito al que pertenecen y que votaron por ellos. Esto significa que sus votaciones, en gran medida, estarán influenciadas por los intereses de la población a la que representan. Nada que ver con México en donde no existe la rendición de cuentas. El caso cubano es un caso emblemático: las políticas de EU en cuanto al embargo de Cuba, responden a demandas e intereses de la población cubanoamericana en el Estado de Florida (uno de los más importantes en el Colegio Electoral) que tiene la mayor concentración de cubanos en el país.

Recientemente, la republicana naturalizada Mayra Flores nacida en Tamaulipas, ganó en el Sur de Texas, es la primera mexicana que entra al congreso. En México que se dicen pro-inmigrante esto no podría suceder jamás. De entrada, ningún mexicano naturalizado puede acceder a una gran cantidad de puestos, incluyendo ser diputado o senador. Ya no digamos el trato a extranjeros en los aeropuertos del país. Considero que ahí habría que partir para hablar de “integración” del continente americano.

Mayra Flores ganó una elección especial en un distrito donde los latinos (en su mayoría de origen mexicano) son el 84% de la población y los demócratas habían estado en el poder desde 1870. Y ¿Qué creen? Flores está a favor de una política migratoria más controlada que en los términos actuales y tendrá que votar por lo que la mayoría de su distrito electoral prefiera. Ella ganó con promesas de campaña que tendrá que cumplir.

Por otro lado, a propósito de las visas temporales de trabajo que pedirá López Obrador, no todas las aprueba el Presidente sino el Congreso, quién además indica los límites en la emisión de cada tipo. Y aún estas visas aprobadas por el congreso, no son en el orden de los que vayan llegando, tienen que ser solicitadas, gestionadas y amparadas por los empleadores y hacerse responsables por los migrantes que soliciten.

Con estos antecedentes ¿Cómo se explica que en la agenda del Presidente López Obrador no haya una sola reunión con Congresistas?. El discurso político y los golpes de mesa sacarán muchas portadas en los periódicos y tweets viralizados, pero en términos prácticos no llevarán a ninguna parte. Como lo he dicho en muchas ocasiones, México desde hace mucho tiempo ha perdido la oportunidad de construir sistemas de cabildeo y de dialogo con los congresistas. En los últimos años se ha alejado todavía más. Siguen sin entender cómo funciona la política interna de Estados Unidos.

Jacques Rogozinski

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