Morena y sus “reglas” electorales
En lo que a política se refiere, el país está atento a las reglas que se dieron en Morena para definir su candidatura a la Presidencia para 2024. Después del Consejo Nacional del domingo 11 de junio, empezaron las renuncias. Al ver la luz este texto, ya dejaron el cargo o confirmaron que van a hacerlo el canciller Marcelo Ebrard, la jefa del Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, y el senador Ricardo Monreal. Vamos, hasta Manuel Velasco presentó su licencia en su calidad de senador del Partido Verde.
En Morena se han encargado de organizar una fiesta de alcance nacional para presumir sus reglas. En todas partes presumen el acuerdo que se alcanzó entre sus consejeros que, a final de cuentas, representan los intereses de las “corcholatas”.
Y lo dicen como si hubieran descubierto el agua tibia.
Pero si se revisan más de cerca, las condiciones para competir por la candidatura presidencial tienen bastantes fallas y serán motivo de conflictos legales en muy poco tiempo.
El primero de los acuerdos y propuesto por Marcelo Ebrard suena razonable: deben dejar su cargo todos los aspirantes. Pero francamente sorprende que estén tan alborozados por ello, porque la ley electoral ya prevé esa condición: quienes pretendan una candidatura, deben solicitar licencia al cargo. No hay nada nuevo en ello, porque se trata de una reforma de carácter electoral que se aprobó para evitar las ventajas de las que inequitativamente gozaban quienes siendo funcionarios ya aspiraban a otro cargo.
El otro tema que sorprende porque cándidamente lo presentan como una gran consecución, es la fecha que han establecido para hacer campaña, y que han denominado “recorrido por el país para conseguir apoyo ciudadano”. Se trata, en estricto sentido, de una precampaña electoral que está fuera del marco legal, incluso si se cayera en el supuesto de que sólo se dirigirán a militantes y simpatizantes, como eufemísticamente lo promocionan en todos los partidos políticos.
Del 16 de junio y hasta el 27 de agosto, quienes se registren como aspirantes a la candidatura presidencial de Morena tienen permitido por su partido (y obvio, por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque de forma indirecta) recorrer el territorio nacional para recolectar el apoyo de la ciudadanía. Ahora sí, sin ninguna “prohibición”, harán campaña, participarán en mítines y sus simpatizantes organizarán eventos para promocionarlos… todo está bien, sólo que la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales estipula con toda claridad en su artículo 226 que las precampañas en una elección presidencial pueden efectuarse a partir de la tercera semana del mes de noviembre previo a la elección constitucional, y no podrán durar más de 60 días.
¿Qué va a suceder? Simple: viene una lluvia de quejas por violación a la legislación electoral que presentarán los partidos de oposición... ante un Consejo General del INE encabezado por una persona cercana al Presidente, Guadalupe Taddei.
Si ya están violando flagrantemente la legislación electoral, es poco probable que dejen de hacerlo y el INE lo sancione.
Un punto más en las reglas de Morena: los aspirantes deben firmar un documento en el que se comprometen a aceptar el resultado de la encuesta y a apoyar a quien gane la candidatura. ¿Renuncian a su derecho de inconformarse?
De plano, en Morena estructuraron reglas para una elección que se encamina a ser denunciada y que sólo fingirá ser democrática.