Mirar los problemas con el corazón
En vez de preocuparnos por las dificultades que se puedan estar viviendo, es una oportunidad de probar enfrentarlos con una actitud sincera, de que todo saldrá bien.
Una persona que quiere salir adelante, necesita aceptar que los sucesos negativos, que nos acontecen, no se van a ir ni a negar porque nos desagraden. Para crecer es indispensable incorpora lo malo que puede suceder y estar dispuesto a superarlo.
Eso es tener pasión por la vida, estar determinado a luchar y a levantar nuestra mirada a realizar actos de valentía y a no sucumbir en hundirnos en una lamentable cobardía.
Con el corazón encendido, como hierro al rojo viví, podemos inyectarle ánimo al combate cotidiano, y no desperdiciar ni un instante, para derrotar los obstáculos.
Cuando más nos ataca un temor y más nos arde el orgullo, es cuando más entrega tenemos que ponerle a nuestros actos, para no quedar derrotados y llorando nuestra impotencia.
Un corazón inteligente, arrebata las molestias de la vida y las pinta de color azul, estrella el pesimismo en el suelo para pisotearlo con el más elegante optimismo. Se aferra al espíritu que da gloria y se resiste a morir sin dar la última batalla.
Estamos hechos de rayos de sol para vencer la oscuridad, nuestra mirada del corazón penetra las cavernas de lo imposible y edifica milagros en donde parecía que todo estaba terminado. Mira a tu familia con los ojos del corazón y verás que es otra historia.