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Los riesgos de la “mentada” de Biden

Hoy, hace exactamente dos años -24 de febrero de 2022-, tropas rusas -que provenían de Rusia y Belarús- con el pretexto de la creciente influencia y “amenaza” de la Organizacion del Tratado del Atlantico Norte (OTAN) en Europa del este y un supuesto genocidio a los habitantes de la region de Donbass, cruzan la frontera de Ucrania y se inicia el conflicto bélico. La realidad es que la desvinculación de Ucrania y dejar de ser parte de las repúblicas soviéticas en 1991 fue un paso que el Kremlin nunca aceptó.

El día que se inició la invasión Putin se dirigió a la nación y en su discurso trató de justificar, de hacer “comprensible” su visión de la “intervención” en Ucrania, destacando la “responsabilidad” que tenía Occidente -Estados Unidos y sus aliados- y de los riesgos que representaba.

A consecuencia de los combates entre invasores e invadidos, la Organización de Naciones Unidas (ONU) dice que hay cerca de 19,000 víctimas en Ucrania; 7,199 muertos y 11,756 heridos. Se ha confirmado que 438 han sido menores de edad. Por su parte el Kremlin dice que más de 14,000 soldados han muerto. Es difícil precisar los decesos, así como no es posible pronosticar cómo y cuándo terminará el conflicto.

Lo que sí es una realidad, es que la tensión cada día es más tensa entre Moscú y Washington. En el Kremlin poco se sabe por la inflexible posición de Putin y el hermetismo tradicional; pero en la Casa Blanca es más que obvio el nerviosismo por dos razones. La primera, cómo el presidente Joe Biden se encuentra “atado de manos” por el Congreso que no le permite la ayuda necesaria para respaldar a Ucrania y la segunda, que ante las presiones normales que se tienen en el transcurso de una campaña presidencial -donde se busca la reelección- y con un enemigo fortalecido y con ventaja en la preferencia como es el caso de Donald Trump, el mandatario estadounidense ha “estallado”, poniendo en riesgo la estabilidad mundial, su campana y su futuro político -si es que aún tiene-. Y el miércoles por la noche en San Francisco -con el fantasma de la muerte del líder opositor ruso Alexei Navalny, que sospecha pudo haber sido asesinado por el régimen- Joe Biden no se pudo contener y se expresó de Putin como “Un hijo de pu.. loco”, argumentando que “siempre tenemos que preocuparnos por el conflicto nuclear”. Biden no habló más del asunto, pero el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, explicó que el presidente usó palabras “llanas y directas", porque de esa manera Estados Unidos debe ver “la amenaza que representa Rusia. Así es como debemos de abordar la amenaza, de forma clara y transparente”. La respuesta desde Moscú fue en el sentido que la actitud de Biden es un “comportamiento al estilo de los vaqueros de Hollywood para favorecer a sus intereses políticos internos”.

Esto no va a quedar en la anécdota. Y si hasta hace algunas semanas el Kremlin estaba dispuesto a “negociar” ventajosamente un cese en el conflicto, quedándose en los territorios conquistados hasta el momento en Ucrania, el enfrentamiento continuará y el invadido está en desventaja por no contar con los recursos suficientes para continuar defendiéndose.

El exabrupto de Biden -sin pensar en las consecuencias- lo puso “contra la pared” en todos los sentidos y de paso “cucó” al invasor. Una “mentada” que Biden debe estar lamentado en la oficina Oval.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez

daniel.rodriguez@dbhub.net

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