Ideas

Los dardos del Presidente

Quién diría que al Presidente le gustan los juegos de feria. No sé si ha sido su voluntad o la de sus asesores, pero cada que decide emprender una campaña jugando al tiro al blanco las cosas parecen revertirse. ¿Será la campaña contra Xóchitl Gálvez una más? 

Campañas tenemos varias -el Ejecutivo ha pulido la técnica durante los sexenios de Vicente Fox, Calderón y Peña Nieto-, experiencia tiene mucha al respecto, pero pocas tan célebres como la que protagonizó el periodista Carlos Loret de Mola, quien en febrero del año pasado fue la diana de los dardos del Presidente. Quién diría que el Ejecutivo del país tendría la ocurrencia de exhibir a un ciudadano -periodista o no- por el simple hecho de poner en tela de juicio sus decisiones o sus vínculos. Todos recordamos que en una de tantas Mañaneras la ocurrencia del Presidente llegó incluso a exhibir los ingresos del periodista, poniendo en riesgo no sólo su integridad sino la de su familia. ¿Ser Presidente le da ese derecho? Todos tenemos un aparato crítico que funciona distinto, pero no por ello debemos ser objeto de la furia del líder del país. Es arraigado el desencanto entre ambos y así seguirá.

Año y medio más tarde, en medio de una precampaña para encontrar al candidato de cada partido hacia la carrera presidencial, el Ejecutivo encuentra una nueva diana en su camino: una mujer que le ha puesto los puntos sobre las íes y que le ha exigido el respeto que ella -como cualquier ciudadano- merece.

Fue entonces cuando el Presidente López Obrador afiló las puntas de sus dardos. Alguno debería dar en el centro. Empezó por desacreditar su origen indígena, su función pública, sus ingresos y remató con los contratos que tiene su empresa, poniendo en el ojo del huracán a quienes confían en el nombre que como empresaria Xóchitl Gálvez defiende en High Tech Services.

Pero como el dardo no sólo cayó en una política sino también en una empresaria, como empresaria y ciudadana Gálvez responde y ahora le desdobla el tablero de juego como publicó en su perfil de Twitter, aceptando el reto del Presidente a que su empresa sea investigada, aunque con ello incurriera en la violación a una serie de leyes, pero en caso de no acreditarse lo que él afirma -una serie de contratos con el Gobierno federal, incluido el suyo que asciende a mil 400 millones-, entregar su renuncia como Presidente. ¿El desafío estará a la altura?

El escritor y político mexicano Ignacio Manuel Altamirano decía en una de sus frases más conocidas que: “Para echar abajo a un león basta herirlo con una bala o con un dardo; pero una vez que un reptil se ha enredado a la punta de una roca o al tronco de un árbol hay que arrancarlo a pedazos”. 

No sé si el Presidente no se ha dado cuenta frente a quién está ahora, o mejor dicho, a lo que representa, no es que deba temerle, pero es que ni respeto le tiene a la senadora y es en la soberbia y en la envidia donde las debilidades se asoman. El propio Altamirano decía que no hay nada tan vacío como un cerebro lleno de sí mismo. ¿Será que el Presidente ya llegó a su límite? 

El Presidente se dio cuenta que Gálvez no es un felino cualquiera y quiere inhabilitarla a pedazos. ¿Cuánto tiempo más de atención le dará? A Loret de Mola los reflectores sobre su cabeza le duraron un rato, no vio en peligro la banda presidencial ni el periodista perdió a sus seguidores, pero ahora el adversario es distinto: juega en su misma plataforma y tampoco le tiene miedo, además le responde y lo reta sin pudor. 

Y por si no se ha dado cuenta, su empeño no ha hecho más que desviar la conversación de los precandidatos para concentrarla en una sola. Mejor campaña que esa ni la misma Xóchitl Gálvez y sus asesores podrían haber diseñado; y mientras esta historia se sigue escribiendo con cada Mañanera, en el ajedrez donde los peones trabajan para definir a sus torres, sus caballos y sus alfiles, hay un rey que no deja de lanzar dardos. ¿Quién tendrá mejor puntería?
 

Síguenos en

Temas

Sigue navegando