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La “ladrona de leche”

Antes de ser conocida como la “Dama de Hierro” por su dureza y fuerte carácter, la ex Primera Ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, llegó a ser conocida como la “ladrona de leche”. El sobrenombre surgió entre 1970 y 1974, cuando era titular de Educación, y eliminó el apoyo de leche gratuita en las escuelas de ese país. 

La medida formaba parte de una estrategia para reducir el gasto público, pero generó un odio colectivo y duros ataques de distintos sectores hacia la entonces funcionaria británica. Se trataba de un apoyo alimentario y la decisión de quitarlo había dejado sin su vaso de leche a los niños y niñas de primaria, de entre 7 y 11 años de edad.

En México esta semana se dio a conocer que el Gobierno Federal eliminó el programa de Escuelas de Tiempo Completo, lo que deja sin la ayuda alimentaria y el horario escolar extendido a más de 3 millones de niñas y niños en el país; la gran mayoría de ellos en condiciones de pobreza. El dinero público que se utilizaba para ese apoyo se destinará a arreglar baños, aulas e instalaciones de escuelas.

“Es algo que para nosotros es muy prioritario ahorita el darle la atención a esas escuelas que todavía tienen esa necesidad”, dijo la titular de Educación Pública, Delfina Gómez, en la rueda de prensa matutina de Palacio Nacional. “Educación tiene muchas prioridades, tiene muchos retos, pero tenemos que ir atendiendo precisamente por prioridad las que son más importantes”.

Con el programa de Escuelas de Tiempo Completo los infantes se quedan más horas en la escuela; ahí comen y toman clases de música, dibujo o inglés, entre otras asignaturas. Es decir, además de la alimentación, hay un reforzamiento académico, con actividades formativas a las que muy probablemente no podrían tener acceso en otras condiciones.

En pleno mes dedicado a la Conmemoración del Día Internacional de la Mujer, esta medida del gobierno federal pone en serios problemas a miles de madres de familia, que habían encontrado en este programa el apoyo para dejar a sus hijos en espacios seguros y supervisados, mientras ellas trabajan. ¿Ahora con quién se quedarán encargados sus hijos? ¿Estarán mayormente expuestos al pandillerismo, al trabajo infantil o a la propia violencia que sufren miles de infantes dentro del propio entorno familiar?

El costo social de esta decisión pinta un panorama bastante gris. Apenas se dio a conocer y especialistas ya advierten muy graves consecuencias en el corto, mediano y largo plazo tanto para los infantes, como para sus padres. Sobre todo en medio del alto índice de deserción y rezago escolar que ha ocasionado la pandemia, y en un momento histórico en el que organismos internacionales insisten en la importancia y urgencia de reforzar la educación. Podría representar un retroceso en el avance hacia el goce de derechos de niños, niñas y mujeres.

La pregunta obligada es ¿qué alternativas se les va a dar? Pero las autoridades aún no tienen la respuesta. “Se está haciendo el análisis de cómo trabajar lo de tiempo completo y alimentación; de momento, puede causar inquietud o, por qué no, molestia”, admitió la titular de Educación Pública en México. Mientras tanto, en Jalisco un grupo de padres de familia ya se preparan legalmente para ampararse.

Ante esta decisión, como se diría popularmente, están destapando un hoyo para tapar otro: crecerá la brecha educativa y la malnutrición infantil, con niños y niñas en escuelas arregladas. Esto va más allá de privarlos de un vaso de leche.

Instagram: vania.dedios

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