La coraza romana más antigua y completa
En el año 9 dC el Imperio romano sufrió una de las únicas dos grandes derrotas militares de su historia, quizá la más dolorosa y devastadora, en la batalla del bosque de Teutoburgo a manos de los guerreros de las tribus germánicas. Fueron aniquiladas tres legiones completas, seis cohortes auxiliares y tres alas de caballería: cuando menos veinte mil soldados, bajo el mando de Publio Quintilo Varo, general del Emperador Augusto y gobernador de la Germania Magna. Las tres legiones fueron las XVII, XVIII y XIX. Varo y sus oficiales se suicidaron antes de caer en manos de los enemigos. Escribe Suetonio que, al enterarse del desastre de sus fuerzas de elite, Augusto clamaba desesperado: “Quintili Vare, legiones redde” (¡devuélveme las legiones!). Se habían perdido las águilas imperiales de las legiones, sus insignias, que para los romanos tenían gran importancia simbólica, y los números de esas tres legiones nunca se volvieron a usar. También documentan el hecho Dion Casio y Tácito, entre otros historiadores, y lo mencionan Ovidio y Séneca.
Los soldados romanos, provenientes de las Galias, con armas y bagajes y no pocas de sus familias, se dirigían a los cuarteles de invierno al otro lado del Rin, para contener ahí las incursiones de los bárbaros a zonas pacificadas. A Varo lo acompañaba, como comandante de las tropas auxiliares, el germano romanzado llamado en latín Arminio, un jefe de la tribu querusca, que lo traicionó. Las tropas romanas tenían un punto débil, y Arminio lo sabía: eran imbatibles cuando podían desplegarse a campo abierto, pero no en un terreno boscoso y enfangado. Al internarse por columnas en la espesura, los germanos desataron ataques aislados con tácticas de guerrillas. Y aquello fue una masacre. Esa batalla dio pie a una guerra de siete años que acabó definiendo la frontera del Imperio para los siguientes cuatro siglos.
En las últimas semanas, los arqueólogos del museo de Kalkriese, cerca de Munster y del campo de batalla de Teutoburgo, descubrieron la coraza prácticamente intacta de uno de aquellos soldados, que ahora se considera la armadura romana más antigua y completa, pues conserva todas sus piezas, remaches y bisagras, y hasta las correas de cuero y sus hebillas.* Los expertos que están estudiando el hallazgo consideran que la calidad de su manufactura es muy superior de lo que suponían para la época, y muestra cómo evolucionó a lo largo del tiempo el diseño de las armaduras.
Lo que intrigó al principio a los arqueólogos fue por qué no se habrían apoderado de la coraza los vencedores, dado que se trataba de un botín valioso y útil para ellos. Pero explica el director del museo de Kalkriese, Stefan Burmeister, que la razón es muy probablemente de orden ritual: el soldado fue sacrificado a los dioses de los germanos, pues lo tenían sujeto con una especie de yugo. Por lo tanto, se convirtió en objeto sagrado. Esta armadura es una pieza a la vez única y trágica de una página nefasta del Imperio romano.
*https://www.fr24news.com/fr/a/2020/09/armure-de-soldat-romain-deterree-sur-le-site-ou-trois-legions-ont-ete-aneanties-en-9-apres-jc.html