La amenaza se convierte en realidad
En Estados Unidos -según la página oficial del gobierno-, el Presidente cumple con la función de Jefe de Estado, jefe del gobierno y como Comandante de las Fuerzas Armadas, mientras que el Secretario de Defensa o Jefe del Pentágono, diseña e implementa las estrategias objetivos generales de seguridad nacional. Y por lo que representan, sobre sus hombros descansa la responsabilidad y la toma de decisiones -en muchos casos- sobre la seguridad, tranquilidad y paz en el mundo.
Bueno, pues quién será el próximo Presidente de Estados Unidos y al que esté recomendó para ser su Secretario de Defensa, son dos “fichitas” en toda la extensión de la palabra. De acuerdo con el informe de Jack Smith, Fiscal Especial del Departamento de Justicia -dado a conocer el lunes pasado-, que acusó al presidente electo de buscar ilegalmente de aferrarse al poder después de perder las elecciones de 2020, dice que hay pruebas suficientes que respaldan los méritos de las acusaciones para condenar a Trump, pero que queda nulificada para sancionar por su victoria en las pasadas elecciones y eminente toma de posesión el próximo día 20. Un criminal convicto en la máxima posición política del mundo. Y Pete Hegseth, quien fue el elegido por Trump para ser Secretario de Defensa o Jefe del Pentágono, ayer se presentó en la audiencia de confirmación en el Senado -estaría pendiente definirse su nominación-, donde le sacaron “los trapitos al aire”, recordando las acusaciones que hay en su contra de agresión sexual, consumo excesivo de alcohol y otras malas conductas, a las que simplemente llamo “difamaciones anónimas”. Todo un “ejemplo” ciudadano el que estará al mando del ejército más poderoso del planeta. Insistimos -ambos-, unas verdaderas “fichitas”.
Y la “fichita” mayor -Donald Trump- ampliamente conocido por su polémica y supremacista agresividad política, no solo está resuelto a revolucionar Washington, sino que también allende las fronteras y entre ellos está decidido a ser un “dolor de cabeza” para México. Ayer, anunció la creación de un órgano denominado Sistema de Ingresos Externos, destinado a la recaudación de “fuentes del extranjero”. La realidad es que la medida de la recaudación de los famosos aranceles a las importaciones está enfocada en México, Canadá y China, de acuerdo con sus amenazas que hizo desde el pasado 11 de noviembre, apenas 6 días después de su victoria electoral.
Más que sus amenazas, insultos y las redadas masivas de indocumentados que tanto ha pregonado, la implementación de impuestos a las exportaciones mexicanas representan un reto para el Gobierno de México, donde sí hay que -desde ahora- “apachurrar” el botón de pánico y tomar las medidas preventivas antes de que sea demasiado tarde. Porque esto ya no es una amenaza, es una realidad.
¿Usted, qué opina?