Jalisco, la rifa judicial del tigre
La elección de jueces y magistrados por voto popular será especialmente compleja en tres Estados que concentran el mayor número de juzgadores: Ciudad de México, Estado de México y Jalisco.
La reforma indica que la contienda debe organizarse por circuito judicial, en teoría uno por cada entidad. No da más detalles. Todo queda a criterio del INE, que deberá resolver la logística y trazar una nueva geografía electoral.
Esto significa que, por ejemplo, los residentes de un sector del Oriente de Guadalajara votarían por un juzgador cuya jurisdicción abarcaría toda la metrópoli. De esta manera, los jaliscienses no tendríamos que votar por todos y cada uno de los cargos.
Todos los mexicanos votaremos por los ministros de la Corte, los miembros del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y del Tribunal de Disciplina Judicial. Sin embargo, el resto de los jueces y magistrados, tanto federales como estatales, serán elegidos en cada entidad.
La redistritación judicial, que permita a todos votar de manera equitativa en unos comicios con una logística manejable en estados como Ciudad de México, Estado de México y Jalisco, parece una tarea de ángeles más que de hombres.
Es importante incluir las siguientes cifras para dimensionar el desafío.
En el circuito judicial de Ciudad de México hay 328 jueces y magistrados federales más 439 juzgadores estatales (767 en total).
El Estado de México cuenta con 110 juzgadores federales y 476 locales (586)
En Jalisco están asignados 122 jueces y magistrados federales más 306 juzgadores estatales (428).
En cambio, una entidad como Colima suma apenas 14 juzgadores federales y 48 estatales (62).
Hamlet García Almaguer, consejero nacional de Morena y uno de los impulsores de la reforma judicial, me comentó que en siete entidades la elección será compleja. A los tres anteriores se suman Nuevo León, Puebla, Baja California y Veracruz. Pero en el resto será “manejable”.
Hasta ahora todos los ejercicios se han realizado con seis candidatos por cargo en la boleta, pero García Almaguer me indicó que ese criterio, salvo en la elección de ministros y magistrados electorales, queda sujeto al número de postulaciones y si los juzgadores actuales desean participar en la elección.
En mi columna de ayer “La imposible aritmética electoral para votar jueces” indiqué que en 2027 los jaliscienses elegiríamos 360 juzgadores federales y estatales de entre 2 mil 160 aspirantes (seis candidatos por cargo).
Si en lugar de seis candidatos por cargo reducimos el número a tres, la cifra desciende a alrededor de mil 80 aspirantes en las boletas. ¿Eso hace más manejable la elección? Este año, por ejemplo, en Jalisco elegimos mil 520 cargos en la elección ordinaria del pasado 2 de junio.
Insisto, el reto estará en la nueva geografía electoral. El INE, según García Almaguer, deberá encargarse de las elecciones estatales y federales. Los organismos electorales locales no tendrían participación directa.
Todavía falta mucho por precisar en las leyes secundarias.
Sólo me queda una duda. Si con seis boletas y una mega alianza partidista en la pasada elección estamos en medio de una posible anulación por “la complejidad de la contienda” para los escrutinios… ¿se imaginan ahora con 20 o 30 boletas?
jonathan.lomeli@informador.com.mx