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Hechos poco conocidos de entrenadores de futbol - Parte II

I - Mourinho, los comienzos del traductor

Benfica era un grande venido a menos. Era el año 2000, ya eran seis años sin ganar la liga portuguesa y la presión se había devorado a otro técnico, el alemán Jupp Heynckes, quien abandonó el viejo estadio Da Luz tan maldecido como el viejo Bela Guttman maldijo a las “Águilas” en la década de los sesenta.

La directiva eligió al novato José Mourinho porque no había otra opción. Solo le dieron tres meses de prueba, pues nadie confiaba en un joven al que muchos ubicaban más como traductor de Sir Bobby Robson, cuando el inglés dirigió en Portugal y lo integró a su cuerpo técnico, que como un entrenador de verdadera capacidad. Sus inicios tampoco fueron fáciles, perdió en la primera ronda de la Copa UEFA contra el desconocido equipo sueco Halmstads, y en un partido contra el Marítimo recibió tres goles de Federico Lagorio, un delantero argentino más conocido por sus fallas inverosímiles que por sus goles en Atlas y Pumas.

Pero el barco poco a poco se fue enderezando, y Benfica comenzaba a reforzar su autoestima gracias a aquel entrenador que ya empezaba a hacer juegos mentales en salas de prensa. En un clásico contra el entonces campeón Sporting Lisboa, las Águilas ganaron 3-0. Sin embargo, ese sería el último juego de Mourinho. Sus tres meses de prueba habían terminado, hubo elecciones presidenciales en Benfica y el nuevo mandatario decidió traer a otro técnico. El Benfica no ganó otra liga hasta 2005, cuando Mourinho ya era conocido como “The Special One” en Inglaterra y había ganado todos los títulos con el rival Porto.

II - El accidentado debut de Diego Simeone

Al “Cholo” prácticamente lo obligaron a ser entrenador. Todavía seguía jugando como un veterano ilustre en su amado Racing Club, cuando los directivos le entregaron una granada a punto de estallar. El equipo era un desastre, solo había ganado un punto de sus primeros 15, y el debut de Simeone como director técnico, luego de colgar las botas apenas días antes, sería contra el rival de ciudad Independiente.

El Clásico, jugado en el Cilindro de Avellaneda, lo ganó el Rojo con otra exhibición del adolescente Sergio Agüero, quien marcó los dos goles del triunfo para humillar al máximo rival luego de jubilar la cadera de Fernando Crosa un semestre antes (si tienen oportunidad de ver ese gol, busquen Independiente 4-0 Racing del Torneo Apertura 2005). La hinchada de la Academia se metió al campo y generó incidentes violentos para suspender el partido, logrando su cometido. En ese clima de histeria y precariedad, Simeone inició su andadura “partido a partido”.

Racing no pudo ganar un juego en ese Torneo Clausura 2006 sino hasta la fecha 12, contra San Lorenzo, y entró en una dinámica perdedora que lo llevó a luchar por no descender. Aunque al final Simeone logró ganar algunos juegos, los directivos de Racing decidieron no renovarle el contrato. Seis meses después, el Cholo ganaría con Estudiantes de La Plata la liga que no quiso ganar Ricardo La Volpe con Boca Juniors y empezaría el ciclo triunfador que hoy lo tiene en el Atlético de Madrid.

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