Ideas

Guadalajara, Guadalajara

El diseño es una rama muy joven derivada de la arquitectura, de la ingeniería y de oficios como la carpintería, la herrería, el dibujo y por supuesto hermana mayor de la artesanía. El arquitecto genera espacios, trabaja con el vacío y el diseñador produce objetos con el fin de hacer herramientas que en la cotidianidad satisfagan nuestras necesidades más allá del arte que la arquitectura ofrece. La diferencia entre el diseño y el arte es que el diseño tiene por definición una aplicación o un entendimiento industrial, es decir, tangible, de repetición y de estandarización. Su manufactura tiene que ser seriada, estandarizada y sin fines de lograr algo único (como obra artística) sino lo que busca es dar a un objeto -evidentemente artificial- una combinación estética y práctica. Por eso el diseño es esta repetición constante en la vida del otro y el arte aun repitiendo cien veces la visita al Extasis de Santa Teresa de Bernini, nuestra vivencia intelectual y emocional tenderán a ser distintas.

Hace algunos años tuve el gusto de conocer al creador de la marca ciudad Barcelona, Toni Puig. Un tipo consciente de que el diseño sirve a la ciudadanía, que esta representación si bien no es una obra de arte, debería de abrazar a todas las que se han dado en esa ciudad y que este símbolo tendría que poder decir si no lo mismo para todos, sí para la mayoría fueran locales o no. En el texto “Marca ciudad para no iniciados” del mismo autor expresa muy claramente que “todavía hay quienes piensan que la marca de una ciudad es cuestión de un símbolo moderno, un proyecto alucinado, una opción para atraer turistas y mucho estar en los medios de comunicación: están atontados y la tontería para el glamour les puede. Otros, felizmente, nos planteamos la marca de una ciudad como una oportunidad vigorosa para reinventarla, desde lo que es y ha sido, para el futuro que ya es ahora, y siempre junto a los ciudadanos.” Es evidente que la marca ciudad es también una apuesta democrática.

Fue en 2016 cuando se lanzó por los nueve municipios del área metropolitana y el gobierno estatal la marca ciudad “Guadalajara Guadalajara” como un símbolo de identidad para los tapatíos. Entonces, los diseñadores pusieron el grito en el cielo por varios factores: se acusaba un supuesto plagio a la marca del museo de arte de Santa Mónica en Barcelona, por la simpleza y no sencillez (pequeña diferencia) del símbolo, por el mal uso del rosa mexicano de Barragán, por lo burdo de su tipografía, en fin. Por años he tenido que aceptarla y casi hasta quererla de tanto verla en la Plaza de la Liberación en pleno Centro Histórico y en medio de grandes edificaciones. Pero ahora que está también en el aeropuerto y que no todos los tapatíos nos sentimos parte de ella, creo que sería momento de repensar la pertinencia de su diseño de la mano, como decía, de los grandes arquitectos, artesanos, herreros, carpinteros e ingenieros que tanto dan a la ciudad.

argeliagf@informador.com.mx • @argelinapanyvina

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