“Fake predictions” y el 1%
A mi hijo Jaime
Infinidad de “expertos” sugieren que las recurrentes ventajas de muchos empresarios exitosos se deben a políticas públicas que permiten, entre otros, monopolios o colusión con gobiernos corruptos. Estas, nos dicen, son algunas causas de la desigualdad en el mundo. En mi opinión, observando comportamientos durante mi vida profesional, estoy convencido de que gran parte de las “ventajas”, se deben principalmente a la capacidad de ver oportunidades —cuando la mayoría ve problemas— que trascienden portadas y escándalos en los medios de comunicación.
Cuando ganó las elecciones Donald Trump, centenares de titulares anunciaban el cataclismo. Político publicó un titular anunciando que “…un triunfo de Trump destruiría los mercados”. CNN Money advertía una caída en la bolsa al menos de un 8%. El New York Times en octubre 2016, publicaba que la presidencia de Trump “probablemente provocaría un derrumbe a la bolsa de valores y hundiría al mundo en una recesión”. A un año de su gestión vemos que sucedió exactamente lo contrario: la Bolsa de Valores en Estados Unidos ha crecido más de un 35% desde que fue electo.
Estas falsas predicciones son más comunes de lo que creemos. Cuando se postulaba Lula en Brasil, periódicos y televisión se atiborraron de titulares fatalistas. El mismo Washington Post, el 19 de junio 2003 —después de publicar alertas ante una posible crisis económica— a seis meses de su presidencia se estaba “corrigiendo”, hablando de los importantes logros que llevaron estabilidad a la economía brasileña: “Dirigiendo la novena economía más grande del mundo, su gobierno ha evitado las catástrofes previstas recortando el gasto, pagando puntualmente la deuda externa de Brasil…..”. El 1% había aprovechado la oportunidad. La mayoría habían perdido. El daño se había materializado. La distancia en la desigualdad se incrementó.
Y qué decir de los cientos de advertencias sobre una inminente crisis económica posterior al voto Brexit a favor de salir de la Unión Europea. Larry Elliott, editor de la sección económica de The Guardian hizo una pregunta contundente: “¿Cómo es posible que el Banco de Inglaterra, el Tesoro, el FMI, la OCDE, por no hablar de la gran mayoría de los académicos economistas que predijeron con tanta confianza y, sin embargo, tan erróneamente, que la economía del Reino Unido caería directamente en una gran recesión después del voto Brexit?”
Las principales víctimas de las falsas profecías y de la repetición constante en los medios, es la clase media trabajadora, que en muchas ocasiones toma decisiones con base en las predicciones fatalistas repetidas diariamente en las portadas de los periódicos y la TV. En contraste, un sector empresarial muy pequeñito (el famoso 1%) hace caso omiso y en la mayoría de los casos toma caminos contrarios: en lugar de salir corriendo a vender, salen corriendo a comprar. ¿Cuánto contribuirá esto en acentuar la brecha del 1% que concentra la riqueza en el mundo?
Como he dicho en otras ocasiones (columnas: Nostragamus y brujos de las letras) no nos debemos de “tragar” todo lo que leemos en la prensa. Lo que debemos hacer siempre como regla de vida es: escuchar, pero tomar nuestras propias decisiones con un marco amplio de opiniones y análisis. Esta es la regla de oro de empresarios que no se dejan manipular por titulares escandalosos y toman sus propias decisiones. No es para sorprendernos de sus buenos resultados. En la actualidad, además de fake news podemos hablar también de “fake predictions”.