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Es terrible “vivir” entre el amago y la amenaza

Cuando el gobernador de Jalisco empezó a presumir su decisión de haber iniciado el “encuartelamiento” de los jaliscienses, antes que el propio Gobierno federal hiciera lo propio con todos los mexicanos, jamás pensó que el mismo habría de extenderse más allá de las fechas que tenía previstas, lo que con el paso del tiempo se ha convertido en una verdadera pesadilla para la mayoría de la población que no cuenta con los recursos necesarios para sobrevivir sin trabajar todos los días, además de miles de comerciantes y pequeños empresarios que han empezado a perder todo lo que tenían. 

Incluso las empresas de comunicación social favorecidas durante años por el Gobierno del partido Movimiento Ciudadano (MC) tuvieron que callar durante un buen lapso, pues no atinaban el rumbo a seguir para contener la ola de descontento de la gente del pueblo -muy similar a la que se había pronunciado en la última elección de la Entidad y los posicionara en el poder-, ahora en contra del ejecutivo estatal y su partido político. Lo que los llevó a tomar decisiones erráticas, que primero eran de vanagloria, para luego pasar al desconcierto, luego incomunicar, posteriormente dejar sólo en manos de la ciudadanía la responsabilidad de lo que pudiera suceder con su salud, y finalmente amagar con volver a parar toda actividad comercial, en caso de que los contagios -y muertes- siguieran afectando la imagen del gobernador, ahora ya también convertido en precandidato presidencial (según sus allegados).

En ese escenario, la amenaza de perder la vida a causa del contagio del coronavirus, por picadura del dengue o por falta de recursos económicos para alimentar a la familia y/o para no seguir perdiendo lo  ahorrado con el esfuerzo de años o, en su caso, mantener abiertos los negocios que dan vida a miles de familias, la situación se ha puesto  al rojo vivo, esto es, más rojo que el propio semáforo que mide la intensidad y peligrosidad del COVID-19. 

A la par de ello, la imparable ola de violencia que se vive en la Entidad nos mantiene amagados, amenazados y desesperanzados, pues al parecer falta mucho para ver el final de tantas crisis, y por más “cortinas de humo” que han tendido y tanto dinero malgastado, la ineficiencia demostrada por el Gobierno de Jalisco es manifiesta.

Los cientos de millones de pesos que se han distribuido en los medios de comunicación -sobre todo nacionales- para posicionar al Ejecutivo de Jalisco en la carrera presidencial, de ninguna manera pueden justificar el peor endeudamiento de la historia del gobierno jalisciense. Como bien califica el periodista Juan C. Partida: “El endeudador” no debe continuar su carrera política a costa de desproteger y amenazar a la población jalisciense.

APUNTE

Para atenuar todo lo que está pasando, no hay como ejercitarnos permanentemente tanto física, emocional y espiritualmente, pues “el endeudador” no debe de ganarnos la partida… los buenos somos más.
 

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