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El veredicto, un ejemplo a seguir

El momento, política e históricamente, es trascendente. A los 12 miembros del jurado les tomó solamente 11 horas con 42 minutos -en dos días- para emitir un veredicto y encontrar culpable de todos los 34 cargos a un ex presidente de Estados Unidos -Donald Trump- por delitos de falsificación de registros comerciales para pagar un soborno -comprar el silencio- a la estrella porno Stormy Daniels, con quien el hoy candidato republicano sostuvo un encuentro sexual.

A las 5:04 de la tarde -hora del este estadounidense- el jurado regresó a la corte con el veredicto, y en cuanto se leyó el “culpable” de todos los cargos, los medios más importantes del país vecino nublaron el espacio cibernético con grandes encabezados: New York Times, “Trump guilty on all counts”, CNN, “Donald Trump guilty on all felony charges” y Washington Post, “Trump found guilty in N.Y. Trial, first ex-president convicted of a crime”.

Ahora, lo siguiente en el proceso penal es la sentencia que se conocerá el 11 de julio a las 10 de la mañana, pero de la que nadie sabe cuál será, ni de las consecuencias que tendrá para el ex mandatario, porque en caso de que el juez decida un término de cárcel, la Constitución no prohíbe que sean elegidos o se desempeñe como presidente y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Desde su celda pudiera tener una réplica de la oficina Oval y cumplir con sus obligaciones como mandatario.

La interrogante, en caso de que Trump fuera recluido en un centro penitenciario y a pesar de que pudiera continuar como candidato o desempeñarse como presidente, es la reacción que habrá por parte de sus “ciegos” seguidores del ex mandatario, como aquellos que se dejaron guiar por la voz del “amo” en aquella jornada del 6 de enero de 2021 cuando asaltaron el Capitolio en Washington en represalia y oposición al resultado de la elección presidencial. Hay un sector muy populoso y apegado al populismo de Trump que puede reaccionar a la menor “invitación” a manifestarse, lo que definitivamente representa un riesgo. Pero a la vez, lo de ayer, la decisión de que un jurado de 12 personas pueda juzgar a un ex presidente y potencialmente a un futuro presidente, es una muestra notable de los principios democráticos en Estados Unidos. Y es precisamente este histórico proceso penal -un ejemplo a seguir- en contra de un ex presidente, lo que debe motivar a otras democracias -a pesar del populismo- a seguir el mismo camino, de llegar “hasta las últimas consecuencias” cuando se cometen delitos, sin importar qué posiciones ocupan u ocuparon, cuánto dinero tienen o que tan populares son.

¿Usted, qué opina?

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