El pacto y los detalles
Inició otra semana de campaña con las aguas muy agitadas en Jalisco.
El Instituto Electoral y numerosas instituciones educativas y organizaciones civiles y empresariales, junto con candidatos y dirigentes de los partidos políticos, fueron convocados ayer para firmar el Acuerdo por la Integridad Electoral y la Vida Cívica para el proceso electoral en marcha. Todos firmaron, aunque casi parecía que la candidata de Morena y aliados, Claudia Delgadillo, iba a negarse.
Resulta que la candidata criticó abiertamente al Instituto Electoral y le exigió a la presidenta Paula Ramírez firmar un acuerdo de varios puntos para garantizar que el IEPC sea imparcial y pare la “guerra sucia” de los partidos, así como cuidar que la violencia de género no se presente en las campañas, entre otros puntos.
Ciertamente, la presidenta del Instituto sonrió con amabilidad, pero para muchos no fue un buen gesto.
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En ese evento, llamó la atención la andanada de críticas que le hizo la candidata de la coalición PAN-PRI-PRD a Claudia Delgadillo. Y es que la aspirante de Morena llegó tarde a la firma del convenio y la primera en tomar la palabra fue Laura Haro, quien la criticó por no estar presente.
Cuando por fin entró al salón del evento la candidata de Morena, le tenían reservado un asiento entre el candidato de MC, Pablo Lemus, y la misma Laura Haro. Ahora sí que como dice el clásico: la tensión podía cortarse con un cuchillo.
Por mera formalidad, hubo un saludo entre dientes, pero los rostros eran evidentes.
El tiro entre Delgadillo y Lemus que comenzó en el debate del 13 de abril sigue. Y todo indica que la intensidad va en aumento.
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La que sacó de onda a todos fue la dirigente estatal del PRD y también candidata al Senado, Natalia Juárez. En ese evento, al tomar la palabra exigió la renuncia inmediata del presidente del Tribunal Electoral del Estado, Tomás Vargas Suárez. “¡Exijo su renuncia, presidente!”, le gritó mientras lo señalaba.
¿Cuál es el motivo? Un video que hace días ya se había comentado, en el que Vargas hace un chiste “sexista” sobre una colaboradora del Tribunal, justo mientras se llevaba a cabo una sesión oficial junto con otros magistrados.
Días después, el magistrado aseguró que fue mentira y que tergiversaron sus palabras, pero parece que todavía no paga todas las que debe.