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Drama migrante otra vez

Todas las concesiones que en materia migratoria cedió el Gobierno de la 4T ante el Gobierno de Estados Unidos, desde los tiempos de Donald Trump, y que puso en entredicho el discurso nacionalista del Presidente Andrés Manuel López Obrador, hicieron crisis ayer en uno de los albergues del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde murieron 38 migrantes centroamericanos y sudamericanos, cifra mortal que podría crecer por la gravedad de las lesiones causadas a otros 28 en el incendio ocurrido la noche del lunes.

Habrá que recordar que en febrero pasado el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, negó que a inicios del sexenio en las negociaciones con el equipo de Trump se hubiera aceptado en secreto el programa migratorio “Quédate en México”, como lo divulgó en un libro en enero el ex secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, 

Sin embargo, días después, la ex embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, respaldó la versión del ex funcionario del Gobierno de EU, lo que provocó todo un intercambio de descalificaciones entre Ebrard y la ex diplomática.

Lo cierto es que también el ex presidente de Estados Unidos ha hecho alarde de haber “doblado” al Gobierno mexicano en temas migratorios (como ocurrió) al obligarlo a utilizar a la Guardia Nacional para intentar detener el flujo de inmigrantes desde la frontera sur de México, con sus amenazas de imponer mayores aranceles.

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca no ha cambiado en nada la política de limitar lo más posible la entrada de migrantes, lo que ha provocado una gran tensión en la frontera norte de México donde decenas de miles de centroamericanos, sudamericanos y de otros continentes esperan entrar a los Estados Unidos legal o ilegalmente.

Esta situación que ha colapsado al INM está lejos de aquellos cálculos que en campaña y en sus primeras semanas de Gobierno hacía López Obrador de abrir las fronteras a los migrantes centroamericanos y darles trabajo en el programa “Sembrando Vida”, que promovió también para que el Gobierno estadounidense lo impulsara en esos países para reducir los flujos migratorios.

El drama migrante que le estalló nuevamente ayer al Gobierno de la 4T exhibió en toda su dimensión cómo este fenómeno social ha rebasado las formas y los modelos de operación del INM, cuyos operadores en ese albergue de Ciudad Juárez incurrieron en negligencia criminal al dejar encerrados a los migrantes que habían prendido fuego a las colchonetas.

Más allá de que las “corcholatas” Ebrard y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, de quien depende el INM, se echen la bolita del problema, el Gobierno de la 4T deberá negociar con Estados Unidos nuevas condiciones para no enfrentar solo y sin recursos la creciente presencia de migrantes en su frontera. No importa que esta urgencia llegue en uno de los peores momentos de su relación bilateral.

jbarrera4r@gmail.com

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